De nada le sirvió Wolfgang Petersen el hecho de ser uno de los directores de cine alemanes más prestigiosos del mundo cuando, en el año 2006, brindó una de las películas más caras jamás producidas que, lejos de valer su peso en oro, resultó ser un auténtico desastre económico que se tradujo en varias decenas de millones de pérdidas para el estudio que había confiado en su proyecto.
El cineasta, que ya había causado sensación en sus primeros años de profesión con sus primeras pequeñas producciones cinematográficas, había logrado hacerse un nombre en Hollywood en 1981 con El Submarino, que resultó ser una obra maestra del cine bélico y la mejor película de sus 50 años de carrera.
En el curso de su exitosa carrera en los Estados Unidos con títulos tan míticos como La historia interminable, En la línea de fuego, Estallido, Air Force One o Troya, entre otras, Petersen volvería a apostar por las aguas tormentosas dos veces más: la primera de ellas en el año 2000, con la película La Tormenta Perfecta, protagonizada por George Clooney y Mark Wahlberg y nominada a dos premios Oscar; y, la segunda, con Poseidón en el año 2006, que resultó ser un auténtico desastre tanto a nivel de crítica como de recaudación en taquilla.
Al igual que la exitosa película de desastres de 1972 La aventura del Poseidón dirigida por Paul Neame, el trabajo de Petersen también partía de la novela "Shipwreck - The Sinking of the Poseidon" del autor estadounidense Paul Gallico. Sin embargo, el cineasta enfatizó que su película no sería ni una nueva versión ni una adaptación literaria al uso, sino que tan solo se quedaría con la idea inicial de un crucero de lujo siendo golpeado por una ola gigantesca y volcando en medio del mar. Así, Mark Protosevich (Soy leyenda, Thor) escribió un guion completamente nuevo.
En Poseidón, coincidiendo con la víspera de Año Nuevo, un enorme transatlántico de lujo llamado Poseidón que viaja de Europa a Nueva York es golpeado por una ola monstruosa de más de 50 metros de altura. El crucero, que se consideraba insumergible, vuelca y queda a la deriva en pleno Océano Atlántico, con la mayoría de los pasajeros y la tripulación muriendo a consecuencia del accidente. Sin embargo, unos pocos cientos de personas que estaban en el salón de baile del barco sobreviven a los primeros momentos de terror. Mientras la petición oficial es esperar allí al rescate, un jugador de póquer profesional que iba a bordo está convencido de que la gran sala es una trampa mortal y decide encontrar una salida hacia la superficie por su cuenta.
El resultado fue una película de 98 minutos de duración, que contaba entre sus filas con Kurt Russell (La cosa, Golpe en la pequeña China) y Josh Lucas (Una mente maravillosa, American Psycho) y que había contado con un presupuesto tan enorme, 160 millones de dólares, que había generado enormes expectativas.
Aunque los excelentes efectos especiales son incuestionables y reflejan la millonaria inversión en la película, Poseidón fue objeto de críticas bastante tibias, con apenas un 33% de valoraciones positivas en Rotten Tomatoes e incluso nominada a los Razzie. Además, la 'performance' en taquilla fue desastrosa: Recaudó 181,7 millones de dólares en todo el mundo que apenas alcanzaron el presupuesto de 160 millones, pero, contando con los costes de promoción y distribución, Warner Bros. perdió alrededor de 77 millones de dólares con la aparentemente prometedora película.
Tras Poseidón, Wolfgang Petersen, que tenía algunos proyectos en marcha, decidió parar, abandonó sus planes y no volvió a dirigir hasta 2016, fecha en la que estrenó Cuatro contra el banco, la que sería su última película antes de su muerte en el año 2022.
