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    Entrevistamos a Catherine Deneuve

    La dama del cine francés habló con SensaCine en exclusiva para presentar el estreno de 'Potiche, mujeres al poder' del laureado director francés François Ozon.

    Elegancia. Toneladas de elegancia, así como un glamour cercano y una sensualidad impropia en alguien de su edad (67 años), es lo que desprende Catherine Deneuve en la terraza del madrileño hotel Santo Mauro, cuando nos recibe mientras fuma unos fínisimos cigarrillos marca Vogue. Estar frente a ella es estar frente a la historia del cine europeo. Repito: es estar frente a la historia del buen cine europeo. Y es que Denueve, absoluta protagonista de 'Potiche, mujeres al poder (Potiche)' de François Ozon, lleva más de cincuenta años trabajando con los mejores directores que ha dado la cinematografía europea: de Jacques Demy a Lars von Trier, de Luis Buñuel a Arnaud Desplechin. Siendo una mujer que ya lo ha dado todo por el cine, uno se pregunta cuál es su principal motivación para seguir trabajando...

    ¿Qué impulsa a Catherine Deneuve a seguir haciendo películas?

    El poder seguir encontrando proyectos y cineastas con los que me apetezca trabajar. Sin dejar, claro, al público a un lado. Si tengo alguna esperanza o ambición es precisamente esa: que el público siga viendo mis películas.

    ¿Es consciente de ser una mujer que ha roto moldes?

    No puedo negar que he vivido la vida con absoluta libertad. Ahora, lo que no he hecho ha sido ir proclamándolo a los cuatro vientos, así que no estoy segura si soy capaz de medir cuanto feminismo he podido proyectar en un determinado momento. Espero haber podido ayudar a alguna mujer con mi ejemplo pero no es algo que haya hecho de forma intencionada.

    ¿Qué tiene François Ozon para que repita con él?

    Desde que hicimos '8 mujeres (8 femmes)', una película en la que me encantó colaborar, habíamos estado pensando en volver a trabajar juntos; sólo faltaba encontrar el proyecto adecuado. Tras barajar varios guiones al final nos llegó el guión de 'Potiche, mujeres al poder (Potiche)' y, lo que más me gustó de él, fue el hecho de que fuera una comedia protagonizada por mujeres… lo que no es muy habitual. Además me pareció que el guión estaba muy bien escrito así que… voilà.

    La película tiene una carga política importante…

    La intención primigenia de François Ozon era la de adaptar una obra teatral de los años 80 titulada, precisamente, 'Potiche'. El problema era como llevar esa obra de una forma interesante a nuestra época actual… mientras pensaba en ello y trabajaba varias fórmulas llegaron las elecciones generales en Francia y, con ellas, los debates entre Nicolas Sarkozy y Ségolène Royal. El espectáculo fue tan hilarante que hizo que François viera claro el aspecto político que le convenía al guión para resultar actual. De ahí que mi personaje puede recordar un poco a Ségolène Royal…

    Al inicio de la película su personaje aparece como una feliz ama de casa…

    Para que una mujer pueda ser feliz debe poder optar a elegir lo que ella quiere para alcanzar dicha felicidad. Entiendo que hay un modelo de mujer que encuentra su felicidad quedándose a cargo de la casa y el cuidado de los niños… vaya, me parece fenomenal que una mujer se realice de dicha forma. No hay que dejarse vencer por la presión social. Hoy en día, en estos tiempos de crisis, parece que si la mujer se queda en casa está haciendo algo malo… y eso no lo veo justo.

    ¿Qué tal fue bailar con Gérard Depardieu?

    Rodar esa escena fue tremendamente divertido… excepto para François. Por un lado lo cierto es que no habíamos ensayado mucho y la escena fue un poco desastre, por otro, bueno, digamos que Gérard estaba particularmente “grande” en esos momentos y se cansaba a cada paso que daba, además hacía mucho calor en la discoteca… por lo que una escena que iba a durar un día de rodaje al final se alargó hasta un segundo día (y eso que con Gérard siempre es necesario rodar rápido porque es un hombre muy impaciente). François no quería hacer una escena musical al uso, así que trabajó mucho en ella para que resultara tan efectiva como divertida.

    El año pasado se cumplieron 40 años de 'Tristana'… ¿qué recuerdos tiene de su trabajo con Luis Buñuel?

    Es algo que siempre me preguntan y siempre suelo decir lo mismo: fue un placer absoluto trabajar con él, aunque no se puede decir que llegáramos a tener una relación personal demasiado íntima. Él era un hombre muy severo, que solía llevarse mejor con los actores que con las actrices… De las dos películas que hice con él, sin duda me quedo con 'Tristana', recuerdo que Buñuel estaba especialmente feliz por lo que significó para él poder regresar a España a rodar después de muchos años en el exilio. Siempre se ha dicho que Buñuel era un hombre muy divertido, y es cierto, pero también he de decir que era bastante sombrío… así que nuestra relación no era de amistad sino profesional. Pero como he dicho antes, estoy encantada de haber trabajado con él tanto en 'Bella de día (Belle de Jour)', que sé que es una película que fascina a muchísima gente y posiblemente es más conocida, como en 'Tristana', que es mi favorita.

    Usted ha trabajado con casi todos los grandes realizadores europeos: Philippe Garrel, Lars von Trier, Jacques Demy, Luis Buñuel, François Truffaut, Arnaud Desplechin, Roman Polanski, Leos Carax, Manoel de Oliveira, Raoul Ruiz, Jean-Pierre Melville, André Téchiné… ¿si tuviera que elegir a uno con cual se quedaría?

    No debería quedarme con ninguno… pero me es imposible no resaltar la importancia que tuvo para mí el trabajar con Jacques Demy en 'Los paraguas de Cherburgo (Les Parapluies de Cherbourg)'. Se puede decir sin ningún problema que fue Demy quién me descubrió, por lo que mi deuda con él es prácticamente impagable.

    Alejandro G.Calvo

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