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    El revival ochentero de 'Attack the block' anima Sitges

    También hablamos de lo nuevo de Jaume Balagueró, que cambia de registro con 'Mientras duermes', y del apocalipsis según el último cowboy indie, Abel Ferrara y su '4:44 Last day on earth'. Por su parte, las púber-fans de 'Crepúsculo' han colapsado la ciudad.

    Es ya un clásico que la distribuidora española de la saga 'Crepúsculo (Twilight)' realice un evento con sus (muchos, muchísimos) fans en el Festival de Sitges. Todo un éxito de público que se hacía palpable desde ayer mismo, donde pudimos ver in situ a hordas de fans acampadas en los alrededores del Melià, jóvenes que han pasado la noche al raso para poder ver hoy, en vivo y en directo, a BooBoo Stewart (actor) y Melissa Rosenberg (guionista) de la película 'Amanecer - Parte I (Breaking Dawn - Part 1)'. Sin entrar en las deleidades interpretativas del primero o en las virtudes narrativas de la segunda, habría que señalar la estupefacción que produce vivir de tan cerca un fenómeno fan tan desaforado como el que posee alrededor de todo el mundo la saga protagonizada por Robert Pattinson. Las caras de los padres de las chavalas eran un primor.

    Booboo, la guionista y King Kong

    Y ahora, hablemos de películas (sic). Arrancamos con uno de los títulos que más ha gustado al público, a juzgar por la ferocidad de sus aplausos y las risotadas escuchadas: 'Attack The Block' del cineasta británico Joe Cornish (guionista de la próxima 'Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio 3D (The Adventures of Tintin: Secret of the Unicorn)'), una tronchante película de terro donde unos jóvenes delincuentes tendrán que defender su bloque de edificios de una invasión alienígena. La película, producida por los mismos que financiaron 'Scott Pilgrim contra el mundo (Scott Pilgrim vs. the World)' y casi todas las películas del dúo Simon Pegg-Nick Frost (aquí sólo aparece el segundo como un dealer de marihuana), sería una nueva muestra del revival ochentero que tan bien parece funcionar a nivel de público. Una anacronía que brilla por momentos en 'Attack The Block' -aunque estaría más cerca de 'Critters' que de 'Gremlins'-, cuando logra conjugar con eficacia humor y terror, convirtiéndola en una de esas cintas de VHS que lo petaban en la era de los videoclubs. Serie B teen con gracia, estilo pero no tanta calidad.

    Un sufrido padre que acompaña a su hija entre la marabunta de fans

    Jaume Balagueró hizo madrugar a la prensa (y al público: este año se han suprimido los pases de prensa exclusivos, son todos compartidos con el respetable) para presentar su nueva película post-'[Rec]', 'Mientras duermes'; un ejercicio de estilo de terror psicológico que lo aleja de sus películas más sangrientas, para intentar acercarse, por ejemplo, al cine que ejercía Roman Polanski en los años setenta. La historia de un portero de viviendas diabólico, dedicado en cuerpo y alma a destrozar la vida de una joven feliz e ingenua, posee sus mejores momentos en la escalofriante interpretación de un Luis Tosar en estado de gracia. Balagueró fuerza al espectador a identificarse con el villano de la función -todo está narrado desde su punto de vista-, logrando una implicación emocional ciertamente compleja, lo que hace de 'Mientras duermes' una película tremendamente bizarra e interesante. La película, dejémoslo claro, no acaba de funcionar, porque aunque las intenciones del cineasta sean lo suficientemente atrevidas como para que nos guste, el desarrollo de la historia es un largo letargo al, eso sí, potente (y trágico) cierre de la historia. Pese a todo, aplaudimos la audacio y los aires de cambio.

    Mientras duermes

    Cerramos crónica con una rara avis, cómo sino si es de Abel Ferrara, '4:44 Last Day on Earth'. Una visión del fin del mundo, del apocalipsis totalitario provocado por la destrucción de la capa de ozono, vivida por un ex yonqui y su novia pintora desde un semi-ático de Nueva York. Recibida con frialdad máxima y comentarios esquivos, lo cierto es que a nosotros la película nos parece fascinante. Ferrara, un genio cada vez más loco y más solo, configura con los mínimos elementos -llamadas vía skype, programas de televisión donde salen figuras como Al Gore o el Dalai Lama, una tímida escapada al exterior donde Willem Dafoe mimetiza los andares de Robert De Niro en 'Taxi Driver'- una visión tan romántica como catastrófica del fin de la vida. Una pieza bizarra, no exenta de sensualidad y lirismo, que logra conectar, a partir de lo más íntimo, con un sentimiento absolutamente globalizado: el del terror y el de la tristeza. Sólo por ver como ese hombre se fractura delante de la pantalla de ordenador hablando con su ex mujer o por la charla que mantiene con su hermano en un bar a propósito de cómo debe encarar un ex adicto a la heroína el fin del mundo, esta película ya sería recomendable. Además de por el hecho de ser dirigida por uno de los cineastas más importantes de la historia del cine (underground o no).

    Alejandro G.Calvo

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