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    'Hotel Transilvania': Entrevista al director Genndy Tartakovsky

    El cineasta comenta en exclusiva para SensaCine cómo fue la creación de los personajes, así como los excelentes resultados en la taquilla norteamericana donde ha barrido a 'Frankenweenie'.

    ¿Son los monstruos un reflejo del ser humano?

    Por supuesto. De hecho los monstruos, por más que su apariencia exterior sea grotesca, por dentro son todos seres humanos. Drácula, Frankenstein, La momia… todos fueron humanos en su día. La historia de todo monstruo es la historia de su metamorfosis. Aunque al final todos los monstruos acaben sacando a relucir su lado más humano.

    Sin duda lo más divertido de Hotel Transilvania es ese gran "monstruario" que habita en el hotel. ¿Cómo fue la selección y el diseño de los monstruos?

    Diseñar los personajes es, probablemente, el proceso más divertido de la película. Fue complicado decidir hasta que punto queríamos cambiarlos para la película, al fin y al cabo, todo el mundo conoce a estos monstruos, llevan viviendo con nosotros muchísimos años. Así que hubo un debate muy rico sobre hasta que punto podíamos distorsionarlos. La idea era resultar lo más original posible pero sin perder la parte icónica de cada uno de ellos. Drácula supuso el mayor reto, fue el que más veces tuvimos que diseñar, le dimos muchísimas vueltas a cómo debía ser, ¿guapo o feo? ¿listo o tonto? ¿más grotesco o más realista? Lo único que teníamos claro era que Adam Sandler iba a poner la voz y que queríamos algo moderno, no nos interesaba que Drácula se pareciera a Bela Lugosi. Le dimos mucha importancia al rostro, principalmente a los ojos y la boca, para que fuera lo más expresivo posible.

    La estética de la película se acerca más al cartoon cómico…

    Creo que eso tiene que ver con el tono y la energía de la obra. Nosotros queríamos hacer una película graciosa, de ahí que usáramos unos monstruos poco realistas, muy exagerados, lo que creo que favorece a la comedia. Es difícil trabajar eso porque por lo general la animación moderna generada por ordenador tiende a ser demasiado realista, algo que tuvimos que corregir. Tengo la impresión de que a los niños les está encantando Hotel Transilvania; me he fijado en los pases que hemos hecho y los ves clavados en la butaca, mirando fijamente la pantalla. Necesitábamos que fuera exagerada y loca, todo lo contrario al mundo real. Si hubiéramos querido ser más realistas no habríamos hecho una película de animación sino una de ficción real. Esta no es una película para tomarse demasiado en serio, sino para pasar un gran rato viéndola y, a ser posible, echarse unas buenas risas.

    ¿Cómo se coordina todo un equipo de dibujantes a la hora de obtener un fin común cohesionado?

    Pues es bastante sencillo o, al menos, bastante más fácil que en un rodaje de acción real. Yo colaboré en el rodaje de Iron Man 2 y, créeme, sé de lo que hablo. Como dibujante yo siempre puedo controlar lo que hacen mis dibujos. La libertad es máxima. Todo lo contrario a cuando trabajas con actores reales. Ya sólo el hecho de que las cámaras sólo puedan estar en dos o tres sitios te limita un montón todo lo que tenías pensado desarrollar. Quitando esos aspectos, ambas funciones –dirigir animación y acción real- son muy parecidas, un poco como un director de orquesta, tratando que todo encaje en su sitio de la mejor forma posible.  No trabajo con actores, pero sí lo hago con animadores que, ojo, deben encontrar la forma de hacer sus personajes lo más creíbles posibles. Así que en el fondo también son actores, aunque lo sean de una forma rara e indirecta. Creo que dibujar bien es básico, cuanto mejor dibujante eres más fácil te resulta dirigir.

    La película ha machacado en taquilla al Frankenweenie de Tim Burton

    Bueno, Frankenweenie también es una película para la gente joven aunque ella sea, por así decirlo, más artística, exija más al espectador que una película convencional. Yo tengo tres hijos y te puedo asegurar que ellos no quieren ir al cine a ver películas que den miedo, como son pequeños sólo piensan en divertirse. Y más en un mundo como el de hoy en día donde todo está tan mal que la gente prefiere evadirse, a ser posible viendo una buena comedia. No creo que la gente tenga mucho interés ahora mismo en ver muertes y cosas oscuras, la gente quiere reírse aunque sea de chistes un poco tontos. Hablo por mi experiencia con mis hijos: ellos no quieren ver como un perro se muere. Aunque yo me declare fan incondicional de Tim Burton y me sabe mal haberlo hundido en la taquilla. Pero es que el mercado es muy competitivo.

    Alejandro G.Calvo

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