El cine español vuelve a ponerse de luto. Si el viernes despedíamos al director José Luis Borau, el sábado despertábamos con la noticia del fallecimiento de otro gran emblema: el actor Tony Leblanc, que sufrió un fallo cardíaco en su casa a las afueras de Madrid.
Nacido en Madrid, el intérprete de 90 años de edad, se había forjado una gran popularidad en los años de la postguerra gracias a títulos como Los tramposos, Historias de la televisión o El astronauta. Con un sentimiento artístico muy arraigado desde su juventud (debutó en el teatro de la mano de Celia Gámez a los ocho años), también fue bailaor y cantante en la compañía de Lola Flores y hasta portero del equipo filial del Atlético de Madrid.
Tras una larga ausencia frente a las cámaras, Leblanc volvió a la gran escena gracias al papel que le dio Santiago Segura en la película Torrente, el brazo tonto de la ley, por el que se alzó con el Goya al mejor actor de reparto en el año 1998 (cuatro años antes había recibido el galardón honorífico por toda su carrera). El veterano actor repitió a las órdenes del director en todas las secuelas de la saga, interpretando diferentes papeles. Además intervino como secundario en la serie Cuéntame cómo pasó, durante diez temporadas interpretando a un quiosquero conocido como Cervan.
A su capilla ardiente, instalada el domingo en el Teatro Fernando Fernán Gómez de Madrid, acudieron amigos, familiares y otros conocidos profesionales del mundo del cine como la actriz Concha Velasco, el director de la Academia de las artes y las ciencias cinematográficas de España (Enrique González Macho) o el propio Segura.
Tomás Andrés
