"No le tengo miedo a la muerte". Con este directo y escalofriante titular el prestigioso e inagotable crítico de cine Roger Ebert publicaba en septiembre de 2011 en la revista Salon sus impresiones ante la posibilidad de que el cáncer de tiroides que sufría se recrudeciera. Ayer, The Chicago Sun Times, el diario en el que escribía desde 1967, hacía público que su colaborador más emblemático fallecía en Chicago a los 70 años de edad a causa de esa enfermedad.
Ebert (Illinois, 1942) llevaba desde 2002 luchando contra un cácer que, a causa de las operaciones para extirparlo, le habían dejado sin habla y sin gran parte de la mandíbula. Pese a ello, el crítico continuó trabajando incansable y estuvo escribiendo críticas hasta casi el final de sus días. El último post que subió a su popular blog es de hace apenas tres días. En este, Ebert, entrañable y jocoso, escribía que iba a aminorar el ritmo de críticas y que "voy a poder hacer lo que siempre he fantaseado con hacer: reseñar sólo las películas que quiero reseñar."
Seguidísimo en las redes sociales, Roger Ebert ha sido uno de los críticos de cine más reconocidos de su generación y de las venideras. Hizo incluso sus pinitos en el cine con la historia y el guión de la cinta de culto El valle de los placeres (Beyond the valley of the dolls), de Russ Meyer, y logró el Premio Pulitzer en 1975 por su labor en The Chicago Sun Times. No sólo eso, en 2005 se convirtió en el primer crítico en ser honrado con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y en 2010 se hizo con uno de los premios Webby, considerados los Oscar de internet, por haber "elevado el listón del periodismo online con su mordaz y salvajemente popular blog". Entre sus aportaciones a la cultura popular, y junto al también reconocido crítico Gene Siskel, popularizó la expresión "two thumbs up" ("dos pulgares para arriba") para aquellas películas que merecían la pena. Descanse en paz.
Paula Arantzazu Ruiz
