Richard Armitage (Leicester, Inglaterra, 1971) es de esos hombres más británicos que la puntualidad y las cabinas de teléfonos rojas. Ha trabajado para la prestigiosa Royal Shakespeare Company -con obras como Macbeth o Hamlet, por ejemplo- y en televisión ha tenido papeles de relevancia en ficciones como Robin Hood o Spooks, ambas de la BBC. Compite con sus compatriotas Matthew Macfadyen (Anna Karenina) y Eddie Redmayne (Los Miserables) por el premio de la voz más atractiva y sus manos, aunque enormes en proporción a su 1.89 de altura, sorprenden por su meticuloso cuidado. Una mente despierta lo reconocerá por un diminuto papel en el Capitán América: El primer vengador de Marvel, pero su gran oportunidad le ha llegado interpretando a Thorin 'Escudo de Roble', el rey exiliado de El Hobbit que, al igual que Bilbo (Martin Freeman) o Gandalf (Ian McKellen), regresa hoy mismo, viernes 13 de diciembre, con el estreno de La desolación de Smaug. Humilde y educado hasta el extremo, sexy como la Muerte de ¿Conoces a Joe Black?... ¿Por qué no lo habíamos conocido antes?
¿Cómo ha evolucionado Thorin en La desolación de Smaug y cómo lo veremos en Partida y regreso?
La historia de El Hobbit es bastante lineal y creo que los personajes cambian a medida que ocurren sucesos importantes en la trama que les obligan a ello. La película podría definirse perfectamente como una 'road movie', una cinta sobre un viaje, y cada vez se encuentran a más personajes que afectan y provocan fricción en Thorin. Aunque diría que el cambio más importante en esta segunda parte es la opinión que tiene Thorin de Bilbo. Al principio lo veía como algo negativo, como un lastre, y ahora empieza a verlo como un activo después de que les saque a él y a sus enanos de varios atolladeros.
¿Es más importante su personaje en esta segunda parte?
Más que Thorin, me atrevería a decir que la protagonista absoluta de la película es la búsqueda. Es la columna central, y de ahí desembocan todas las ramificaciones. Pero a medida que se complica esta búsqueda, también se complica la participación de Thorin en la historia. En La desolación de Smaug es cuando Thorin llega a su punto más bajo, cuando lo aprisionan en la cárcel de los elfos y se le acaba el tiempo para llegar a su destino. Pero Bilbo les ayuda y ahí también vemos su satisfacción.
Muchos actores opinan que en una trilogía la única película que supone un reto es la primera. ¿Está de acuerdo?
Pienso justo lo contrario. Como he dicho antes, El Hobbit se trata de una gran película dividida en tres partes; no tres películas distintas. Y por eso creo que hay una progresión y que, a medida que avanzan en la búsqueda, más oscuro se vuelve todo. Pero no sólo en las visiones políticas de Thorin, sino también en la llamada 'enfermedad del dragón' que, como bien se indica, también tuvo su abuelo. Es algo que lo afecta tanto física como psicológicamente, e incluso Thorin teme estar destinado a ella.
¿Por qué tienen tanto éxito y tantos fans estas películas aparte de por su potencia visual?
Tolkien escribía leyenda, no fantasía. Creó una mitología propia y todos los temas reflejados en sus obras bebieron probablemente de la Primera Guerra Mundial que tuvo lugar mientras él escribía. Por ejemplo, la siguiente pregunta de Bilbo: "¿Qué puedo hacer yo?". Y es que Tolkien había sido llamado a filas y él también se preguntaba lo mismo. "¿Qué voy a conseguir si participo en esta guerra?". La nobleza, el honor, la vida después de la muerte, la codicia... Son temas universales y también explican por qué los libros de Tolkien han resistido el paso del tiempo. Para mí esa es la clave.
¿Cómo fue la transformación física que le llevó a convertirse en Thorin?
Creo que la creación de los enanos fue el desafío más importante para la compañía Weta Digital y Peter Jackson. Y necesitaban hombres fornidos para estos personajes porque, al reducirlos digitalmente, no querían que pareciesen niños. Nos hacen la cabeza más grande, los pies, las manos... Incluso tuvimos que aprender a andar de un modo distinto, porque se supone que el esqueleto de los enanos es diferente. Yo pongo una voz más grave y el estilo de lucha de los enanos, por poner otro ejemplo, difiere mucho del de los elfos. El nuestro es más lento, más potente, y el suyo es más grácil y florido.
Dado que no lo reconocen en la calle, ¿ha pensado en ir al cine a ver El Hobbit y observar la reacción del público?
¡Ya lo he hecho! Bueno... Recuerdo que fui a ver Gravity y que pusieron un tráiler de El Hobbit: La desolación de Smaug. Y ahí estaba yo, todo emocionado, contemplando a las madres y a sus hijos absortos en cómo iba a ser la película.
Tiene una importante carrera teatral, pero ahora incluso aparece en listas de los más sexys... ¿Cómo lo lleva?
No tengo ni idea de por qué estoy en una lista así... ¡Y mucho menos con la barba y las orejas! (Risas). Llevo trabajando como actor desde los 19 años y mi vida sigue siendo prácticamente la misma. Aunque sí es cierto que cada vez más personas se fijan en lo que hago. Y es importante... Aunque yo siempre me he preparado los papeles como si fuera el protagonista. Incluso cuando simplemente tenía que leer una línea. Ojalá dure mucho la atención que estoy recibiendo y pueda hacer otras cosas.
El Hobbit: La desolación de Smaug
El Hobbit: La desolación de Smaug Tráiler
Santiago Gimeno
