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    Entrevista a Georg Maas ('Dos vidas'): "Fue un gran riesgo rodar los flashbacks en Super 8"

    Este viernes 11 de julio llega a las pantallas españolas la segunda cinta de este director alemán, en la que mezcla el drama familiar con el thriller de espías.

    Este viernes 11 de julio llega a España Dos vidas, la segunda película del director alemán Georg Maas. Tras NewFund Land, la cinta supone la consolidación de Maas como cineasta tanto en Alemania como fuera de sus fronteras, donde ha recibido buenas críticas por esta interesante mezcla entre drama familiar y thriller de espías con los nazis y la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo.

    ¿Cómo surgió la idea de hacer esta película?

    Gracias a una llamada telefónica de una amigo. Conoció al autor de la novela en una fiesta y le contó en qué estaba trabajando. A continuación me llamó y me explicó brevemente la historia: una persona de Alemania del Este que se hace pasar por otra y viaja a Noruega para introducirse dentro de una familia. Me quedé fascinado por este relato, por lo que dos semanas después quedamos con dicho escritor y empezamos a trabajar en la cinta.

    Desde el principio te fascinó mucho este tema, ¿por qué?

    Lo primero que me llamó la atención es el tema de la identidad. El hecho de que una persona de apenas veinte años tome la identidad de otra y pretenda ser la hija de una mujer que ha perdido a su familia, es una locura muy interesante. Al mismo tiempo, descubrí una parte de la historia que no conocía como que el Statsi (abreviatura del Ministerio para la Seguridad del Estado en la RDA) estaba más que dispuesto a utilizar el loco legado nazi para su trabajo. No lo esperaba en absoluto, me parece una actitud muy cínica. Pensé que la gente estaría muy interesada en conocer tanto la historia real como la parte de la identidad robada, por lo que empezamos a trabajar combinando ambos aspectos.

    Dos vidas es tu segunda película como director, ¿cómo has afrontado esta nueva etapa y qué has cambiado respecto de la primera? 

    Creo que todos aprendemos de nuestros errores. Este es mi mejor trabajo hasta el momento porque es una película muy compleja. Cuando la ves, te surgen muchas preguntas y la cinta no las responde todas. Otra parte de la evolución se ve en que he sido mucho más cuidadoso a la hora de elegir a la gente con la que trabajo. En esta ocasión, he contado con el mejor equipo que se puede encontrar en Alemania en la actualidad.

    Un ejemplo de esto es el trabajo de la directora de fotografía, Judith Kaufmann. Cuando vi las películas en las que ha trabajo, sus imágenes me emocionaron, y todas esas cintas son muy distintas por lo que me pregunté: ¿Por qué son tan buenas? ¿Y cómo sabe dónde poner la cámara y cómo manejar la luz? Pero cuando empezamos a trabajar lo entendí, ella no para de hacer preguntas: ¿Por qué dice eso? ¿Por qué está esa escena en la película? ¿Por qué hacemos esto? Esas preguntas hacen que cada vez seas más consciente de hacia dónde te diriges.

    Cuando estábamos grabando ella venía y opinaba: "No creo que esto sea lo que comentábamos. Esta escena no es lo suficientemente fuerte". En ese momento hablábamos con los actores y todos opinaban sobre el tema, y rápidamente Kauffmann encontraba una nueva perspectiva para la cámara y de nuevo era perfecta. Ahora sé porqué ella es tan buena, porque realmente sabe lo que está haciendo.

    Otra cosa que he mejorado en esta cinta es la relación con los actores, quería estar seguro de que todos hablábamos la misma lengua, de que me entendían. Durante el casting fui a Noruega varias veces, y la primera vez quedé con los actores solo para ir a un bar y charlar de todo un poco, tuvimos una buena conexión. Tres semanas después regresé al país nórdico y comenzamos la grabación. Quería estar seguro de que estaba rodeado de gente que me entendía, y que yo les entendía a ellos. A veces esto no ocurre.

    Hace algún tiempo hice un seminario con un instructor que me observaba interactuar con los actores y tomaba notas. Una vez que acababa la conversación, ella iba a hablar con ellos y les preguntaba qué opinaron de una cosa que dije, y muchos afirmaban no haberme entendido, pero no me lo dijeron directamente; en ese momento empezamos a analizar profundamente la forma de comunicarnos con otras personas. 

    'NewFundLand', tu primera cinta, se rodó en Alemania, mientras que en 'Dos vidas' gran parte de la acción transcurre en Noruega. ¿Cómo ha sido grabar en este nuevo entorno? 

    Grabar en Noruega fue muy complicado por muchas razones. La primera de ellas, es que es el país más caro del mundo, por lo que tienes que tener mucho cuidado a la hora de trabajar allí. La segunda es que estábamos rodando en Bergen, una de las ciudades más lluviosas de Europa, llovía todos los días. A veces llovía tanto que no éramos capaces de ver el paisaje. Me alegra que en la cinta se haya podido ver parte de Noruega, si no hubiéramos tenido suerte no se vería nada. También trabajábamos con un equipo noruego, pero esa parte fue bastante fácil porque allí todo el mundo habla inglés.

    En la película se aprecia un cambio sustancial entre la calidad de la imagen de la acción que transcurre en tiempo real y los flashbacks, que simulan una grabación en cinta de vídeo, ¿cómo surgió esa idea y qué pretenden con ello? 

    Antes de iniciar del rodaje decidí que quería grabar los flashbacks en Super 8, porque el negativo es muy pequeño y cuando se reproducen esas imágenes en una pantalla grande adquieren un aspecto muy granulado. En 1970 muchas familias usaban ese tipo de cámaras, por lo que cuándo se ven esas imágenes identificamos rápidamente que eso ocurrió hace tiempo y no se trata de la narración en el presente. Los productores no estaban nada felices con esta idea.

    Recuerdo una anécdota cuando rodamos los flashbacks de Bjarte Myrdal de joven, el actor que le daba vida voló hasta Noruega para esas escenas. Hicimos los ensayos y demás, y cuándo fuimos a rodar se quedó en shock al ver la cámara, no sabía que íbamos a grabar en Super 8.

    A pesar de todo, creo que la idea ha salido bien, porque siempre sabes en qué tiempo narrativo estás. Además, esto aumenta la sensación de que estás en el pasado. el vestuario y el resto del atrezo influyen, pero realmente usamos Super 8, no hay nada digital. Hay que tener en cuenta que esto es un reto para nosotros porque cuándo grabas con esas cámaras no puedes ver el resultado hasta dos semanas después. Fue un gran riesgo rodar los flashbacks así.

    'Dos vidas' es un drama familiar poco habitual, con un estilo algo sombrío que recuerda a las clásicas novelas de espionaje, ¿cómo se ha conseguido equilibrar ambas temáticas? 

    Trabajando muy duro. Ha costado mucho tiempo encontrar un equilibrio, algunas veces había demasiado thriller y el drama no era suficiente, mientras que otras había tanto drama que la parte de thriller no era creíble. Estábamos todo el tiempo reescribiendo el guión, y dándoselo a gente para que lo leyese y lo analizase junto a nosotros. Descubrimos que el thriller está basado en los secretos, por lo que a veces la gente nos decía que estábamos revelando todo demasiado rápido, y cuándo lo cambiábamos, era aburrido. Por lo que había que trabajar día a día.

    Esta cinta cuenta con momentos de gran intensidad dramática en los que tanto los actores principales como parte del equipo teniáis que rodar en un idioma completamente distinto, ¿cómo fue grabar esas escenas? 

    Eso fue todo un reto. Juliane Kohler estuvo aprendido noruego durante un año, mientras que yo estuve seis meses, pero al comienzo fue muy difícil porque no tenía ni idea de lo que hablaban. Entre escena y escena tenía que aprenderme el guión al igual que los actores, porque tenía que estar seguro de que entendía todo lo que ocurría a cada momento. El lado bueno de esto, es que mientras les observaba actuar estaba más concentrado en sus caras y expresiones. Tenía una profesora de noruego que estaba al lado y a veces corregía aspectos de pronunciación o significados. Yo estaba más concretado en la forma de hablar entre ellos, eso transmite mucho de lo que están haciendo.

    La cinta ha recibido varios premios junto a las buenas críticas de muchos especialistas en cine, ¿qué cree que es lo que más les ha impresionado a la hora de destacarla por encima de otras películas?

    No lo sé la verdad. Estoy más que feliz cuando la gente entiende el concepto de no juzgar, pero eso solo se menciona en unas pocas críticas. Creo que en parte, a los críticos les gusta la combinación entre el drama familiar y el thriller, aunque principalmente están interesados en el trasfondo histórico ya que la película saca a la luz una parte de la historia que muy poca gente conocía.

    Sin embargo, para mí es más importante el viaje que el espectador hace cuándo ve la película. En mi caso, he visto la cinta muchísimas veces por lo que me concentro mucho en las caras de los actores para ver sus pequeñas reacciones. Estoy sorprendido por cómo actúan, son actores que saben todo lo que va a pasar pero actúan de forma muy creíble. Es impresionante.

    La música y los colores también son muy importantes en este viaje. Hemos trabajado con numerosos músicos para darle más dramatismo a la historia, al igual que hemos mantenido la película monocromática. Al principio solo usábamos tres colores, pero en la mesa de edición añadieron algunos más a pesar de mi protesta, y tenían razón, ahora es mucho mejor. Por eso ahora cuando la miro veo todo ese trabajo. Comenzamos con una buena idea que todo ese equipo hizo realidad y mejoró mucho.

    Cristina Vega Garrandés

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