Mi cuenta
    Cinco descubrimientos del Festival Internacional D’Autor de Barcelona 2015

    De este encuentro cinematográfico, Gerard Casau recomienda: 'Las altas presiones', Catch Me Daddy', 'They Have Escaped', 'Young Ones' y 'La princesa de Francia'.

    El D'A Festival de Cinema d'Autor de Barcelona ha llevado a buen puerto la que probablemente haya sido su edición más ambiciosa y expansiva; creciendo con la voluntad de no ser tan solo una muestra de películas sino un espacio para la discusión sobre el cine y sus alrededores. De ahí que después de las proyecciones hayan proliferado los encuentros entre el público y los cineastas (fundamentalmente españoles: del colectivo lacasinegra, que presentó su Pas à Genève, a Carlo Padial, que epilogó el pase de Taller Capuchoc con un coloquio sobre ese no-género que se ha dado en llamar post-humor).

    También resultó significativo el aumento de debates y mesas redondas matutinas, desde un taller de producción hasta un diálogo sobre el estado de la cuestión de la crítica y el periodismo cinematográfico en los festivales de cine, así como la colaboración con la Associació Catalana de Crítics i Escriptors Cinematogràfics para crear un Campus D'A que hiciera posible la formación y el fogueo de jóvenes críticos.

    El numero de jurados también ha aumentado: al de la crítica (que se decantó por El incendio, de Juan Schnitman) se le ha sumado un jurado formado por diversos profesionales del sector cinematográfico (con la adición de un espectador del festival), encargado de entregar el Premi Talents a una película dirigida por un autor con menos de tres obras en su haber. La elegida fue Juana a los 12, dirigida por Martín Shanly. En el momento de redactar estas líneas todavía no se había completado el recuento de votos que determinarían el premio del público, pero las preferencias de los espectadores parecían apuntar hacia Les amigues de l'Àgata, proyecto final de carrera de Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius y Marta Verheyen, y Los exiliados románticos de Jonás Trueba.

    En Sensacine hemos querido resumir lo que ha dado de sí el D'A mediante el comentario de cinco películas que no suponen necesariamente lo mejor que se ha visto en el certamen, pero sí han hecho visible una de las principales ideas que mueven al festival barcelonés: el encuentro (o reencuentro) con directores no consagrados, que todavía pueden permitirse llegar al espectador sin haber creado expectativas previas.

    Las altas presiones - Ángel Santos

    Ángel Santos apuesta por el celuloide, y filma Las altas presiones en 16mm. Por su parte, su protagonista recorre la geografía de Pontevedra equipado con una pequeña cámara digital, buscando localizaciones para una futura película de la cual no es autor. Esta pequeña ironía, es la primera estrategia esgrimida por Santos para relacionarse con su personaje principal, Miguel (Andrés Gertrudix), un hombre ya no tan joven, apático y a la deriva, que parece conformarse con forzar el marco adecuado para contemplar como espectador las situaciones que le gustaría vivir a él.

    En ocasiones, la búsqueda del registro natural en las conversaciones delata los andamios del guión, pero Ángel Santos también demuestra ser un director paciente, respetuoso con la evolución de sus personajes, y especialmente dotado para filmar tanto aquello que los circunda (un concierto de Unicornibot, registrado mediante una panorámica circular) como lo que no queda dicho (el flirteo de las miradas, el acercamiento de dos manos que buscan estar juntas).

    Catch Me Daddy – Daniel Wolfe

    Hasta ahora, la entrada más destacada en el curriculum de Daniel Wolfe era el largo y sensacionalista videoclip para una canción de tercera fila (The Shoes – Time to Dance), cuyo éxito viral se debía a los violentos delirios de un perturbado Jake Gyllenhaal. Afortunadamente, su ópera prima ha servido para mejorar este saldo. En Catch Me Daddy, Wolfe se pregunta qué clase de historia podría suceder en esa Inglaterra de casas prefabricadas y materiales baratos, donde todas las caras están atravesadas por acné o cicatrices y cada palabra acaba con una consonante y una hache de más. Y la respuesta llega con forma de drama turbio, casi un thriller, en que un puñado de sicarios salen a la caza de Laila y Aaron con el objetivo de poner fin a su idilio interracial y devolver a la muchacha a los asfixiantes brazos de su padre.

    El director se acerca a estos amantes con mal sino a través de primeros planos que estudian cada pequeño gesto, acompañando su ilusión de vivir el romance en precaria libertad, colocándose y dejándose llevar mientras escuchan a Patti Smith (un paréntesis musical coreografiado por FKA twigs). En estos primeros minutos sale a relucir la espontaneidad de la dirección de actores, con relámpagos de verdad brotando bajo las mechas de la debutante Sameena Jaben Ahmed, pero cuando la amenaza se cierne sobre su presa el filme impone un registro permanentemente angustioso y sórdido, que Wolfe decide resolver mediante la negación de la catarsis: al igual que Hyena, otro recomendable ejemplar de oscuridad británica de última hornada, Catch Me Daddy concluye con un plano que suspende (y eterniza) la fatalidad.

    They Have Escaped - J-P Valkeapää

    El segundo largo del finlandés J-P Valkeapää lanza una pregunta en absoluto baladí: ¿donde reside el tono, el verdadero rostro de una película?. Y es que las escenas e imágenes de They Have Escaped susceptibles de prender la retina del espectador no se encuentran en la teórica columna vertebral del relato (la fuga de dos jóvenes de un centro para menores problemáticos), sino en sus paréntesis y en el ambiente que se adueña de sus últimos minutos.

    El segmento inicial del filme aboga por la estilización en los confines del realismo, hasta que llega el momento en que los protagonistas, Joni y Raisa, se adentran en el bosque y encuentran una cabaña, que alberga un tesoro con forma de pastillas alucinógenas. Esto permite a Valkeapää elevar a sus criaturas a un plano de percepciones distorsionadas y primarias (los personajes cubren su desnudez con pieles de animales) que acabará marcando la historia. Finalmente la pareja, decepcionada con la civilización, querrá regresar a este lugar salvaje y puro, solo para encontrar en él una forma de horror que quiebra las sensaciones que la película había construido hasta entonces, arrastrándola hasta el territorio de la fábula cruel, más cerca de El malvado Zaroff que de la huida de inadaptados de la reciente Les Combattants, también presente en el D'A.   

    Young Ones – Jake Paltrow

    En esta edición, el D'A ha querido enriquecer su programa con un nuevo itinerario bautizado como “Futuros (Im)posibles”, en el que han tenido cabida distintas propuestas en cierto modo próximas a la ciencia-ficción, desde Under the Skin de Jonathan Glazer hasta ítems de duración variable surgidos del underground español -Sueñan los androides, de Ion de Sosa, los cortometrajes de Velasco Broca-. En esta selección, Young Ones se perfilaba como la propuesta más afín al género puro y duro, aunque conviene matizar esta afirmación.

    Jake Paltrow inicia el filme con lo que casi podría considerarse un molde válido para cualquier película que plantee un futuro post-apocalíptico: mientras contemplamos unas vistas de un espectacular paisaje desértico, la voz en off de unos protagonistas nos sitúa, explicando las razones de la situación catastrófica (en este caso, una sequía radical). A continuación, la fiebre sube con la Michael Shannon ejecutando a sangre fría a dos bandidos que pretendían saquear sus reservas de agua. Pero una vez establecido el contexto y las razones que pueden llevar a un hombre a morir y a matar en este mundo, el filme adopta un tono difícil de precisar, explotando las posibilidades que le presta la ciencia-ficción (sin un gran despliegue de espectacularidad, pero empleando los exoesqueletos y la maquinaria robótica como una parte integral del relato) a la vez que se retrotrae a  motivos universales (la tierra, la familia) para comprender los impulsos de unos personajes que se corrompen y pierden la inocencia. Todo ello dota Young Ones de un halo atemporal, como si la historia se sintiera más cómoda tratando temas eternos que vistiendo futuristas ropas de género. La división en tres actos (uno por cada protagonista masculino) y los créditos finales, con el reparto posando junto al nombre del personaje que han interpretado, denotan esta voluntad de representar un cuento clásico, con unos horizontes de grandeza quizás algo impostados, pero de peculiar sabor.

    La princesa de Francia – Matías Piñeiro

    En una escena de La princesa de Francia, una de las protagonistas del filme da a sus amigos una rápida lección sobre el pintor William-Adolphe Bouguereau, describiendo su estilo como algo que supera el realismo para saltar a otra categoría. Mientras la muchacha habla, la cámara de Matías Piñeiro recorre la superficie de algunos cuadros del autor, acercándose a las grietas que el tiempo ha provocado en la tela, y que dotan a la tersa piel de sus modelos de una cualidad nueva y definitivamente artificial. De algún modo, Piñeiro encuentra en Bouguereau un espejo de su cine, que retrata escenarios y personajes más bien prosaicos sin ninguna voluntad realista. Al contrario, lo que interesa a este joven cineasta argentino son las bambalinas de la relación que une a sus criaturas; una elaborada trama de repeticiones, fingimientos, engaños y pequeñas traiciones pergeñadas por un dramaturgo y un nutrido de actrices (amigas, amantes, rivales), que planean realizar una lectura radiofónica de la shakesperiana Trabajos de amor perdidos sin percatarse de que su vida es en sí misma una ficción de acciones ensayadas y pequeñas variaciones sobre un mismo tema.

    Si algunos de sus compatriotas dramaturgos se abalanzan sobre los clásicos para podarlos radicalmente hasta su esencia, las película de Piñeiro parecen acercarse al cine de Jacques Rivette no con el gusto por desplegar múltiples y prolijos alambiques argumentales que caracteriza al director de La banda de las cuatro, sino concentrando las complejidades del artificio en breves piezas de apenas una hora de duración.  

    FBwhatsapp facebook Tweet
    Links relacionados
    Comentarios
    Back to Top