La nueva cinta de Johnny Depp, Black Mass, sigue a un conocido gánster James "Whitey" Bulger antes de ser capturado por el FBI. La cinta se acaba de estrenar en Estados Unidos como la segunda película más vista del fin de semana en el país, solo por detrás de El corredor del laberinto: Las pruebas. Uno de los que aún no la ha podido ver es precisamente la persona que ha inspirado esta película, James Bulger, puesto que se encuentra en la cárcel por diferentes delitos, lo que no le ha impedido opinar sobre el papel de Depp.
Mientras que Depp señaló durante un visionado que dentro de su personaje hay un hombre muy complejo que ama y llora con un corazón frío, pero un corazón al fin y al cabo. Bulger no está interesado en ver a Depp darle vida. "La avaricia de Hollywood está detrás de la prisa por retratar a mi cliente, de forma que han pasado por alto contar la increíble insistencia e interés en el caso de mi cliente, la verdadera amenaza a Boston durante ese tiempo y en otros casos de mafias alrededor del país. El gobierno federal ha sido cómplice de cada uno de los asesinatos con un programa de informantes de más alto nivel", según ha contado su abogado, Hank Brennan, a la revista People.
Además de Bulger, Kevin Weeks -interpretado en la película por Jesse Plemons- ha hablado con The Daily Beast para decir que él aparece como un completo idiota, y que parece que tiene síndrome de Down, cosa que no es cierta. "Jimmy solía decirme que podía llamar a uno de los seis agentes del FBI que conocía e irían sin problemas en el coche con una pistola para ayudar. De hecho un agente del FBI nos dio 17 kg de C-4 que íbamos a usar para acabar con un periodista, Howie Carr. Howie pensó que la historia era mentira, hasta que descubrió la verdad", ha explicado Weeks señalando que el FBI, que en la película aparece retratado como si fueran los buenos, no eran tan buenos.
