En 1990 Sandra Bullock tenía 26 años, pero quería conseguir un papel, el papel protagonista mejor dicho, en la película Poción de amor número 9, para ello la actriz decidió mentir y decir que en realidad tenía 29 años. Gracias a esa mentira consiguió el papel, y lo que llegó después es historia del cine.
Hay oportunidades que no se pueden dejar escapar, por eso son muchos los actores que "adornan" sus currículums para así conseguir un papel que les ponga en el camino del éxito.