Ex Machina de Alex Garland
Que el londinense Alex Garland sabe hilvanar con brío patrones clásicos para que los vistamos como nuevos no es algo que deba sorprendernos a estas alturas, ahí están sus libretos de 28 días después o Sunshine. Más sorprendente es sin embargo que se postule, además, como el cineasta idóneo para llevar sus altos conceptos a la pantalla. En Ex-Machina se revela como un cineasta capaz de llevar la ciencia ficción dura a una subyugante y tensa pieza de cámara de frontalidad y sutileza abrumadoras. Con apenas cuatro escenarios y tres o cuatro personajes, Garland entronca las constantes de su cine (qué hace humano al ser humano, la identidad, el género...) con las constantes del (sub)género que homenajea (la sci-fi de inteligencia artificial). Para cuando la sorpresa nos golpea por última vez, nos damos cuenta de que Garland ha estado manejando los patrones argumentales más antiguos del mundo. Guionista muy inteligente, sí, pero también ahora un cineasta a seguir muy de cerca. (Alberto Lechuga)
