En este caso, el bajo presupuesto fue el responsable de que el espectador no viese al tiburón hasta casi el final de la cinta y la famosa banda sonora se convirtió en el sustituto.
Utilizaron varios tiburones mecánicos en el rodaje, pero todos dieron problemas técnicos e, incluso, casi pierden uno de ellos en el océano. En aquel momento, la película había sobrepasado el presupuesto acordado y no tenían dinero para fabricar otra máquina, por lo que el animal no pudo salir en pantalla como habían previsto.