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    Rocco Siffredi ('Rocco'): “Sufro una grave adicción al sexo”

    El ex actor porno es el protagonista del documental 'Rocco', que se ha presentado en la Mostra de Venecia y que enseña la trastienda del cine porno.

    Primero, juega con un dedo sobre sus labios. Después lo introduce en su boca. Después los dedos son dos, tres. Y la chica le pide que introduzca la mano entera. Lo hace. Las lágrimas corren por las mejillas de ella. Él no deja de exclamar su admiración por tamaña proeza. Así se desarrolla una de las escenas más impactantes de Rocco, el documental sobre la estrella del porno Rocco Siffredi que se ha presentado en la Mostra de Venecia. Dirigida por Thierry Demaizière y Alban Teurlai, la película muestra el viaje interior del actor desde la industria del cine X hacia su propia familia. Se cuela en los rodajes, nos enseña cómo son las actrices y sus exigentes jornadas de trabajo. El ya ex intérprete Siffredi -lo dejó después de 1.500 películas tras sufrir una revelación durante un concurso de televisión- nos ha concedido una entrevista en la que aborda su relación con el sexo.

    ¿Por qué dijo sí a esta película?

    Todavía no lo sé [ríe]. Para decir la verdad... sabía que me traería problemas durante la promoción, porque no estoy acostumbrado a hablar de cosas tan personales. Pero por otro lado ha llegado un momento de mi vida en el que necesito vaciar todo lo que llevo dentro. Pero confesármelo a mí mismo no era suficiente. Hace dos años empecé a sentirme confuso, cuando participé en el programa Supervivientes, y las cosas empezaron a complicarse: con la familia, con el trabajo, con las adicciones... Me di cuenta de que sufro una adicción al sexo, una grave adicción. Y cuando me ofrecieron la película decidí hacerla por los fans, por la gente que me sigue. Esas personas merecían saber cómo es mi vida real.

    Y como adicto... ¿qué le dice a la gente que se masturba un número infinito de veces con sus películas?

    Si les gusta, ¿por qué no? Masturbarse no es malo. Lo malo, como digo en la película, lo que es “el diablo”, es cuando es el sexo quien te domina. No cuando tú dominas al sexo. Así que masturbarte 10 veces al día y ponerte enfermo... no es algo bueno. Pero si lo haces de vez en cuando y es divertido, está muy bien. A veces es mejor una buena masturbación que un mal polvo. Bueno, no a veces, siempre.

    ¿Está usted pidiendo de alguna manera perdón a la sociedad?

    No. Absolutamente no. Probablemente a mi mujer [la también ex actriz porno Rosa Caracciolo, con la que tiene dos hijos]. Si necesitara disculparme con alguien, sería con ella. Quiero enseñarle a la gente que este negocio no es nada fácil, no es como se ve desde fuera. No puedes pasar 30 años en el porno y estar bien. Por lo menos yo. No ha sido fácil. He querido ser honesto con los espectadores. Pero no estoy pidiendo perdón. Lo he hecho lo mejor que he podido, incluso cuando he estado enfermo, cuando me he sentido mal, he pensado en la gente que veía mis películas para correrse, para pasarlo bien, no para escuchar mis problemas.

    ¿De qué se arrepiente?

    De nada. Es el destino. ¿Sabe? Mi madre perdió a un hijo que tenía 12 años. ¿Cómo de malo es eso? ¡Cuánto dolor tuvo en su vida! A veces la vida es así. Para mí la vida ha sido estupenda. El sufrimiento que siento es grande, pero si me comparo con otras personas que viven grandes tragedias... lo mío no es nada. 

    Está concediendo esta entrevista en pleno Festival de Venecia, lleno de grandes autores. ¿Se considera usted un artista?

    ¡Claro que sí! No hay mucha gente que sepa hacer lo que yo sé hacer. Tan simple como eso. No porque sea sexo, no porque haya que desnudarse. Muchos pintores han usado la desnudez. Es porque el arte te pertenece a ti, le pertenece a la gente que es especial.

    Y como artista, ¿cree que ha sido criticado injustamente?

    No. Acepto todas las críticas. Sé que no puedo gustar a todo el mundo. Muchos hombres me dicen que soy demasiado duro con las chicas; muchas chicas me dicen que les encanta mi manera de practicar el sexo. ¿Quién sabe quién tiene razón? Yo sigo mis instintos. Sé que nací con una mentalidad femenina. Recuerdo que una vez estaba en la cama con Cristina, una de mis primeras novias, y yo entonces pensaba que el sexo era meter la polla y moverla hacia delante y hacia atrás. De repente ella me pegó en la cara, yo aluciné y le pegué a ella. Y se corrió. Así que esa manera de ver el sexo... no viene de mí.

    Durante estos años... ¿ha conseguido separar el sexo en el trabajo del sexo en su vida privada?

    Por supuesto que lo he conseguido. Si no, no estaría con mi mujer; o más bien, ella no estaría conmigo. No fue fácil los primeros meses. Recuerdo que solía utilizar hasta 15 posturas diferentes con ella en una misma noche, hasta que me dijo: “Esto no me gusta”. Y me sorprendió. Pero desde ese momento entendí que tenía que terminar con lo que estaba haciendo todos los días, porque cuando mantienes relaciones sexuales 25 días al mes, dos veces al día, durante horas... es muy fácil que traslades todo eso a tu casa. Con mi mujer he aprendido a separar ambos mundos.

    Usted conoce muy bien la industria del cine porno. ¿Cómo ha cambiado en los 30 años que lleva trabajando?

    Cuando empecé me encantaba el sexo. En las películas había diálogos, se rodaba en 35 milímetros. El sexo era una parte pequeña y era un sexo muy clásico. Hoy casi no hay diálogos, muchos no incluyen nada en las películas. Ahora se rueda con la cámara prácticamente todo el tiempo sobre el cuerpo de la mujer: doble anal, triple anal, fetish, sobre sus tetas... Se ha convertido en algo muy mecánico. Parece una actuación teatral y no sexo. A mí me encanta usar las manos, mi fuerza, mis ojos, el olor. Yo utilizo todos los sentidos. Me encanta fundirme con la mujer. A los chicos de hoy no les gusta. Pueden hacer solo una cosa a la vez. Y la mayor parte de las veces... esa parte es su polla. Y lo entiendo, trabajan demasiado.

    ¿Y qué va a hacer a partir de ahora? ¿Seguirá relacionado con el cine?

    Sigo produciendo. Es mi trabajo, es lo que he hecho durante tres décadas. Pero también voy a abrir una academia para actores porno en Budapest. Hice un show de televisión con esta idea, pero ahora quiero abrir una escuela real.

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