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    Félix Viscarret ('Vientos de La Habana'): "La Habana es el lugar ideal para ambientar una historia de género negro"

    La película protagonizada por Juana Acosta y Jorge Perugorría sobre las aventuras del teniente Mario Conde se estrena este viernes 30 de septiembre.

    Este viernes 30 de septiembre se estrena en España Vientos de La Habana, el nuevo trabajo de Félix Viscarret. En esta ocasión, cuenta con Juana Acosta y Jorge Perugorría como protagonistas del filme. La película, basada en el libro de Leonardo Padura Vientos de Cuaresma, narra las aventuras del teniente Mario Conde, quien conoce a una hermosa saxofonista de jazz mientras se encarga de resolver un asesinato que le llevará a adentrarse en un mundo en descomposición, donde las drogas y el fraude revelan el lado oscuro de la sociedad cubana contemporánea. En SensaCine hemos hablado con el director sobre la sociedad cubana, el rodaje en La Habana, la atmósfera de la ciudad y el trabajo de adaptación, entre otras cosas. Esto es lo que nos ha dicho.

    ¿Cómo definiría visualmente ese aura habanera capaz de atraer tanto al espectador?

    Yo espero que el espectador se sienta atraído por lo exótico que tiene La Habana, por lo que tiene de fruta prohibida, ya que lo hemos tenido históricamente siempre tan cerca aunque no del todo accesible. Espero que sienta como he recreado diferentes atmósferas de la ciudad, unas más decadentes, otras más reflejo del pasado histórico de la ciudad, otras más legendarias… Creo que siempre hemos hecho un especial esfuerzo en recrear esas atmósferas y que tuvieran encanto para el espectador. Creo que La Habana es como una persona de la que te sientes enamorado y que te está sorprendiendo continuamente. En La Habana nada es uniforme, doblas una esquina y nunca sabes con qué te vas a encontrar; esa capacidad que tiene para sorprendernos continuamente y para guardarnos alguna sorpresa me parecía que era el enclave ideal para ambientar una investigación policial ‘noir’.

    ¿Hasta qué punto ha tenido que ahondar en la idiosincrasia cubana?

    Cuando diriges una película te tienes que sumergir en ese mundo por completo. Yo diría que me he hecho casi habanero de adopción. Cuando yo tenía que guiar al equipo de rodaje, que era mayoritariamente cubano, les decía: “Ahora vamos a rodar en un rincón que he encontrado al que para llegar hay que pasar por esas vías de tren, después dejar de lado ese hangar abandonado…”. Les llevaba a sitios, e incluso el equipo cubano me decía: “Nunca nadie nos había traído a este lugar a rodar”. Eso en tu corazoncito de director es bonito, ya que ahora puedo decir que soy un experto en La Habana.

    ¿Es la historia un pretexto para definir la sociedad cubana?

    Padura suele comentar mucho que para él la novela negra es una forma de hacer un análisis social. Yo te diría más. Yo creo que uno de los atractivos de la historia de Vientos de La Habana es también el análisis generacional. Yo creo que es una constante en Padura hablar de una generación de cubanos que ha dedicado su vida a la lucha de unos ideales y que, a día de hoy, mira atrás y se pregunta dónde se han ido los mejores años de su vida. Creo que eso es, de algún modo, atractivo a nivel universal porque, aunque a lo mejor otros no hayamos participado en esas mismas luchas, quien más quien menos mira atrás en su vida y se pregunta dónde han quedado nuestras luchas, nuestros esfuerzos, nuestras renuncias, por qué nadie nos ha avisado de que la vida se iba a ir tan rápido.

    ¿Estamos en la época dorada del 'thriller' español?

    Desde luego, sí que parece que hay un interés del público por un 'thriller' genuino, y creo que ahí es donde ponemos la personalidad de cada una de estas películas, ya que cada uno podemos ofrecer algo diferente. En este caso, el cómo funciona un atípico policía en Cuba me parece que es suficientemente bizarro como para que se diferencie de otros 'thrillers'.

    ¿Qué tenía de especial Vientos de Cuaresma para ser adaptada a la gran pantalla?

    Yo te diría que la riqueza de las atmósferas y los diferentes universos que nos iba a mostrar que coexisten dentro de La Habana. Me parece que el abanico era muy rico en atmósferas y en lugares que ayudarían a que el espectador se sintiera transportado a un lugar exótico, misterioso y pintoresco.

    Durante el rodaje, ha utilizado drones para grabar las tomas aéreas. ¿Cree que los drones podrían suponer una revolución a la hora de rodar películas?

    No sé si diría tanto como revolución. Yo creo que la tecnología históricamente siempre va avanzando y te va permitiendo hacer rodar cosas más fácil de lo que eran antes, pero es simplemente un tema de facilidad o dificultad. Tampoco es que revolucione el lenguaje cinematográfico, pero sí te puede facilitar la logística. En este caso en concreto, está bien que lo menciones porque hemos sido los primeros en poder sobrevolar la ciudad de La Habana para hacer este tipo de tomas aéreas. El mosaico que supone La Habana visto desde arriba es algo que no se había visto antes, parece casi un cuadro abstracto o un 'collage' de texturas, de casas de diferentes tramas y colores.

    ¿Cómo ha sido la ayuda de Leonardo a la hora de realizar el guion?

    Desde que nos conocimos, Padura y yo hemos trabajado con un respeto mutuo por lo importante que era para los dos este reto. Creo que en ambos casos somos personas que nos basamos en los clásicos y también en lo moderno; a los dos nos gusta combinar ese doble aprendizaje del cine y la literatura clásica y moderna. Los dos también somos muy cabezotas, entonces a veces chocábamos por algo, él defendiendo la raíz cubana y literaria de la historia y yo pensando en cómo potenciar eso en imágenes. Podíamos estar discutiendo mucho tiempo y al final él siempre me sorprendía aportando una solución creativa nueva. De algún modo, me sorprendía su capacidad para volver a empezar a jugar con la historia como si fuera la primera vez.

    Usted ya coincidió con Juana Acosta hace 14 años y más tarde en la serie Hispania. ¿Cómo ha sido volver a trabajar con ella?

    Sí. Para mí Juana Acosta es un pedazo de actriz a la que le motivan los retos. Si le propones un reto o algo difícil, eso le estimula, le divierte y le atrae. Es una actriz capaz de transformar físico, su alma, la forma de comportarse y de moverse. Además, tiene una energía imparable. Como en este caso, le propones que va a tener que aprender a tocar el saxofón y se pone a ello. Es admirable su energía imparable y, cuando estás en un rodaje en el que sabes que va a haber adversidad y dificultades, esa energía es bendita.

    ¿Le supuso un gran reto adaptar una novela tan icónica de la literatura cubana?

    Sí. Desde luego es un reto y, cuando llegas a La Habana, cada uno se ha imaginado a Conde de una forma. Más alto, más bajo, más joven, mayor, mulato, blanco… Es una responsabilidad. En esos casos, yo creo que para llevar una película a buen término lo que te tienes que hacer es dejarte llevar por la pasión; escuchar más a la pasión que a la responsabilidad porque esta responsabilidad podría convertirse en un miedo paralizador. Entonces lo que hay que hacer es dejarse llevar por la pasión. En este caso, la pasión era la que a mí me despertaba ser los primeros en llevar la figura del Conde de Padura a la gran pantalla y en rodar las aventuras de Conde en una ciudad tan fascinante como La Habana.

    ¿Cuándo y cómo se encandiló de las novelas de Padura?

    Mi enganche absoluto con Padura viene cuando me doy cuenta de que hacer un ‘noir caribeño' -como me gusta llamarlo a mí- es algo demasiado bueno y pienso que es un concepto fascinante que no se ha hecho antes. La Habana es el lugar ideal para ambientar una historia de género negro. Parece que estaba ahí esperando para eso. Padura es el que mejor ha sabido contagiarnos esa pasión.

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