La primera película española producida por Netflix, 7 años, ha sido dirigida por el ganador del Goya Roger Gual (Smoking Room, Remake, Menú Degustación) y, ambientada en un único escenario, asiste a la tensa reunión de cuatro socios. Ellos son Vero (Juana Acosta), Marcel (Alex Brendemühl), Carlos (Juan Pablo Raba) y Luis (Paco León) y tienen que tomar una difícil decisión: elegir quién de ellos va a ir a la cárcel a cumplir una condena de siete años por un delito de fraude que todos han cometido.
Para ello, el grupo de socios y amigos contrata los servicios de un mediador, José Veiga, interpretado por Manuel Morón, cuyas reflexiones les hacen darse cuenta de muchas cosas. 7 años ya está disponible en Netflix y SensaCine ha tenido la oportunidad de charlar con Manuel Morón (Crematorio, El Bola, Smoking Room) sobre su experiencia en la primera película producida en España por la prestigiosa plataforma de 'streaming'.
José Veiga es el único en la sala en la que transcurre la película que no tiene nada que perder.
A José Veiga no le hubiera gustado de ninguna manera estar en el otro lado, porque lo que les pasa a los otros cuatro personajes es realmente duro, principalmente porque además de socios son amigos.
Casi todos los personajes se niegan a elegir por sorteo quién irá a la cárcel. ¿Cuál es tu opinión sobre este tema?
Las cosas sólo pueden echarse a suertes cuando no hay más remedio y yo pienso que siempre hay un remedio, así que mi opinión es que lo mejor es lo que hacen los protagonistas de la película. Charlar y pasarse horas tratando de evolucionar el problema. Los problemas parece que son de una manera al principio pero, si escarbas un poco en ellos, pueden ser de otra.
¿El rodaje de '7 años' te ha supuesto algún reto interpretativo al que no te hubieses enfrentado antes?
Reto interpretativo como tal no, pero sí ha sido muy interesante para mí a nivel de concentración. En el cine casi todo el trabajo del actor tiene que ver con la concentración. Estar tantas horas concentrado, porque la cámara se movía constantemente y podía ir hacia tu personaje en cualquier momento. Eso hacía que el esfuerzo en concentrarse tuviese que ser aún más fino. Afinar con la concentración ha sido una experiencia y un aprendizaje precioso para mí.
Netflix
¿Cómo va a influir en el cine la proliferación de plataforma de consumo de vídeo bajo demanda? ¿Es, en definitiva, una buena noticia para el cine?
No sólo es una magnífica noticia, es el Gordo de Navidad. De hecho, vamos a poder tener el Gordo de Navidad todos los días. Es una suerte tener esta posibilidad de acceder esta gran biblioteca de cine y series. Es una posibilidad con la que hace unos años no soñábamos. Tener el cine en casa y a mano. Esto va a cambiar la manera de producir y va, algo que a mí me encanta, a ayudar a que la calidad de nuestro trabajo sea cada vez mejor.
¿Cuál es tu serie estrella de Netflix?
Ahora mismo estoy con River, una serie inglesa. Me "chupé" Narcos y Sense8, que son las más características de Netflix, pero luego también he visto de todo. Breaking Bad, Peaky Blinders, Better Call Saul. No paro. Y me sigo renovando, porque hay buenísimos trabajos. No sólo a nivel de dirección, sino a nivel de actuaciones.
A lo largo de tu carrera has hecho mucho cine y mucha televisión. ¿Sientes más cariño por alguno de ellos?
He hecho más cine que televisión. Ahora mismo estoy más a favor del cine, porque en España no tenemos tradición de hacer producciones como las que hace HBO, por ejemplo, o sin ir más lejos als que hace Netflix. Nuestras producciones son demasiado precarias todavía. La única experiencia que tengo es Crematorio, que fue una producción de Canal +, y ahí sí se pudo ver que nosotros podíamos ponernos en esos postulados, en esas exigencias de producción y acabado del producto. Yo eso sólo lo he vivido en el cine, en 7 años y en Crematorio. En las condiciones en las que se trabaja en televisión, aún habiendo grandísimos profesionales, es difícil que salga un producto con una calidad alta. Media, vale, lo estamos viendo. Pero alta es difícil con esas premisas de produción.
¿Cómo ha sido volver a trabajar con Roger Gual?
Es como de la familia. Trabajé en su primera película, Smoking Room, y ahí tuvo lugar nuestro hermanamiento. También hice un cameo en su segunda película, Remake. Es un cineasta de primera categoría. Es sensible, le gusta contar historias y cuida mucho a cada uno de los personajes. Es una gozada para un actor.
