Si hay algo que tenían en común Carrie Fisher y su madre Debbie Reynolds es que ambas sufrieron el lado oscuro de la fama y vieron cómo sus problemas personales saltaban a las páginas de los medios. Uno de los escándalos de los que se ha hablado durante años es la mala relación que existía entre ambos, algo que supieron solucionar con el paso de los años.
Tras la muerte de las actrices, People ha recordado cómo Fisher contó su particular infancia en el libro Wishful Drinking –del que también desarrolló un monólogo y un especial de HBO-. Debido a la fama de Reynolds, Carrie y su hermano Todd prácticamente crecieron en los estudios de MGM. Teniendo padres famosos, "la familia está organizada en torno a los padres, mientras que, normalmente, la familia se organiza en torno a la crianza del niño", contó la actriz de Star Wars.
Esto le pasó factura a Carrie Fisher y desarrolló problemas de abuso de drogas a una edad muy temprana. Poco a poco, la relación entre ambas mujeres se fue deteriorando hasta el punto de que permanecieron casi 10 años sin hablarse. La razón principal fue que la joven quería encontrar su propia identidad: "No quería ser la hija de Debbie Reynolds".
Afortunadamente, las dos supieron superar sus problemas y consiguieron tener una buena relación. "Carrie Fisher tardó 30 años en ser feliz conmigo. No sé cuál era el problema. He tenido que trabajar en ello. Siempre he sido una buena madre, pero siempre he estado en el negocio del espectáculo y sobre el escenario. No cocino galletas y no me quedo en casa", cuenta Reynolds a dicho medio.
Durante los últimos años han realizado varias entrevistas conjuntas. En noviembre acudieron al programa 'Fresh Air' de NPR, donde Fisher habló con admiración de su madre: "Es una mujer inmensamente poderosa. Admiro mucho a mi madre. También me molesta a veces, cuando, ya sabes, se enfada con las enfermeras. Pero es una mujer extraordinaria, extraordinaria. Hay algunas mujeres de su generación que trabajaron así, que trabajaron en su carrera toda su vida, criaron a sus hijos, tuvieron relaciones horribles, perdieron todo su dinero y lo ganaron de nuevo. Quiero decir, ella ha tenido una vida increíble y es alguien a quien admirar".
La muerte de Carrie afectó profundamente a Debbie Reynolds, según su círculo más cercano. Según ComicBook, sus últimas palabras fueron "La echo mucho de menos, quiero estar con Carrie". Algo que no ha sido confirmado, pero que podría ser una prueba de la buena relación que tenían al final de sus vidas.
