Leonardo Sbaraglia ha sido el protagonista indiscutible de los tres primeros días de apertura de la 20ª edición del Festival de Málaga. El actor argentino ha viajado hasta España para presentar ante la prensa dos de sus nuevas películas, pero no se ha ido con las manos vacías. En la noche del sábado 18 de marzo, el intérprete tuvo que enfrentarse (emocionalmente) al escenario del Teatro Cervantes y a todos los que allí le esperaban para rendirle un homenaje y entregarle el Premio Málaga-Sur. Este reconocimiento sirve para celebrar su larga trayectoria en el mundo cinematográfico y el haber trabajado a ambos lados del Atlántico por igual.
Además, Sbaraglia contó con la presencia de una invitada muy especial que sostuvo el premio en sus manos temblorosas hasta que el actor salió al escenario: su madre, la actriz Roxana Radón. Antiguos compañeros de trabajo como Antonio Hernández, Gonzalo López Gallego y Paco Ramos, entre otros, también ayudaron a crear un ambiente de celebración al compartir con todo el público anécdotas que "Leonardo podría haber olvidado", pero que para ellos han marcado su relación. El mismo día que el actor fue homenajeado también presentó Nieve negra, cinta que protagoniza junto a Laia Costa y Ricardo Darín y la que, según ha explicado en el festival, comenzó a rodar tres días después de haber terminado El otro hermano.
Este nuevo título es la razón por la que el nombre de Sbaraglia ha seguido estando en boca de todos más de 12 horas después de su gran día. El actor ha explicado que esta película es "una metáfora de la sordidez y de la corrupción" de Argentina y, además, ha destacado que "a veces, para hacer buenas actuaciones hay que pasar por un nivel de ridículo atroz". El nuevo trabajo del director Adrián Caetano (Crónica de una fuga) explica cómo un hombre llamado Certati (Daniel Hendler, Los graduados) recibe una llamada que le informa de que su madre y su hermano han sido asesinados. El protagonista viaja a un solitario pueblo para identificar los cadáveres de su familia y, desde ese momento, se ve envuelto en una serie de actividades ilegales que un antiguo militar sin escrúpulos, Duarte (Sbaraglia), asegura que serán beneficiosas para él.
Tras la presentación de El otro hermano y de la reflexión amorosa mostrada en Amar, cuatro reconocidos actores españoles han tomado el relevo para dar a conocer La niebla y la doncella. La película es una adaptación de la novela homónima del escritor Lorenzo Silva y sigue a dos investigadores de la guardia civil que deben resolver el caso de un asesinato que quedó en el aire hace tres años en la isla de La Gomera, Canarias. Los protagonistas de esta nueva película detectivesca son Rubén Bevilacqua (Quim Gutiérrez), Virginia Chamorro (Aura Garrido), Anglada (Verónica Echegui) y el teniente Nava (Roberto Álamo); quienes han interpretado sus papeles bajo la dirección de Ándres Koppel (guionista de Intacto).
Si hay alguien que marca el destino en taquilla de una cinta que surge como adaptación de una historia escrita, esos son los lectores. El autor de la novela ha asegurado que "la experiencia de la adaptación al cine me ha resultado gratificante, tenía muy buenas expectativas y creo que han entendido perfectamente el mensaje". Sin embargo, en cuanto a ser fiel se refiere, el actor Quim Gutiérrez ha explicado que él prefiere preparar un personaje de cero que leer el libro del que forma parte.
El saber que es una batalla perdida satisfacer a todos aquellos que han flipado con el personaje escrito; prefiero no leerlo, coger todos los datos de la persona y crear un personaje a partir de cero. Prefiero tomarme la libertad de hacerlo como yo creo, por respeto al lector y a mí mismo. El goce es muy complicado trasladarlo al cine
El protagonista de Los últimos días ha bromeado al enviar un mensaje a todos aquellos que sean seguidores del libro de Silva: "Tengo curiosidad por saber si los espectadores/lectores entienden cosas del Vila que han leído o hasta que punto les horroriza lo que yo he hecho". Por su parte, Aura Garrido ha destacado que lo que le atrajo del proyecto es que en el guion los personajes son "valientes, matemáticos y decididos", sin importar que sean hombres o mujeres.
Ambos actores tuvieron que reunirse con la UCO, Unidad Central Operativa, para informarse sobre cómo trabaja un investigador de la guardia civil. "Era impresionante porque en sus reuniones hacían un 'brainstorming' y no importaba quién decía qué, sino el atino con el que lo decían", explica Gutiérrez sobre su experiencia con los profesionales. "Se parecía más a las reuniones de Spotlight que a las de Matthew McConaughey en True Detective".
La pequeña participación de Roberto Álamo ha bastado para enviar dos mensajes muy claros a todos sus seguidores. El primero, dirigido para todos aquellos que estudian interpretación, que "aprendan a pensar como un verdadero poeta"; el segundo, en referencia a que su papel es el más tranquilo que ha interpretado hasta ahora, "es verdad que los personajes que he hecho son muy impulsivos, tanto en el cine como en el teatro, pero se me da bien, ¡qué carajo!".
Festival de Málaga 2017: Estas son las películas que compiten por llevarse a casa la Biznaga de Oro
