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    Sitges 2017: Dave Bautista anima (a hostia suelta) la competición oficial con ‘Bushwick’

    Cary Murnion y Jonathan Milott sorprenden con un film de aroma apocalíptico e ínfulas carpenterianas. Además vimos otra nueva maravilla animada: ‘Loving Vincent’, basada en la obra de Vincent Van Gogh.

    Después de los pinchazos (a las 8AM) de Annabelle: Creation (2017) y Muse (2017) por fin pudimos ver una gran película en el Auditori: Bushwick de los neoyorquinos Cary Murnion y Jonathan Milott -es su segunda película tras: Dulces criaturas (2014)-, película que se dio a conocer en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes y que es puro Sitges (aka fiesta de las gordas). Bushwick es un barrio neoyorquino, situado en Brooklyn, y es el escenario del filme homónimo donde, de unas a primeras, estalla una especie de guerra civil donde los ciudadanos (más o menos indefensos) se ven enfrentados a un ejército de mercenarios armados hasta los dientes y con órdenes de tirar a matar. La película, que sacaría la sonrisa a John Carpenter sin despeinarse (estaríamos en la zona privilegiada de Asalto a la comisaría del distrito 13 (1976) o 1997: Rescate en Nueva York (1981)), sigue los pasos de una joven, Lucy (Brittany Snow), y un ex militar, Stupe (Dave Bautista), tratando de escapar, bloque a bloque, del barrio incendiario hasta llegar a la zona desmilitarizada, tratando de esquivar bombas, francotiradores y a los propios vecinos armados y enloquecidos enfrentados en una guerra de barrio realmente brutal.

    Película política -la razón del mini-apocalipsis desatado es de traca y, curiosamente, muy relacionado con la convulsa etapa política que vivimos en España- y visceral a partes iguales, funciona como un tiro (valga la metáfora redundante) o, si se prefiere, como un puñetazo (de Dave Bautista, ese Hulk humano) en la sien. Elaborada con un seguido de estilizados planos secuencia que sirven tanto para enarbolar una tensión que, por momentos, deviene angustiosa y claustrofóbica -a nivel adrenalínico, la magnífica ’71 (2014) también serviría como referencia- y, por otros, da pie a delicados momentos de confesión personal, convirtiendo a los protagonistas en seres quebradizos de carne y hueso, permite que la espectacularidad íntima y la violencia explícita cuajen en simbiosis perfecta. Haciendo que suspense y acción expositiva se combinen en ese cruce sublime que saldría de mezclar un Brian DePalma con un Johnnie To. Vaya, un hit en toda regla, que, además, brinda un momento delicadísimo para descubrir a Bautista como un gran actor dramático. ¡Perfecto!

    En la sección “Anima’t” seguimos flipando con lo que vemos. Esta vez le tocaba el turno a Loving Vincent de los realizadores Hugh Welchman y Dorota Kobiela. Primera película de la historia del cine (eso dicen los que saben) realizada exclusivamente con pintura al óleo animada que, siguiendo la estética de los cuadros de Vincent Van Gogh, retrata los últimos años de vida del pintor casi a modo de investigación sobre su muerte. Así, partiendo de retratos del más importante autor post-impresionista – Retrato de Joseph Roulin, Muchacha de pie contra un fondo de trigo, Retrato del Dr. GachetAnciano en penaTerraza de café por la noche, Campo de trigo con cipresesEl café de noche-, se compone una trama de personajes rotoscopiados -los actores que sirvieron de modelo son caras conocidas como Saoirse Ronan, Chris O’Dowd o Jerome Flynn- desenvolviéndose en escenarios indelebles por obra y gracia de la pintura de Van Gogh. Vaya, una película súper especial donde la pericia artística y técnica va por delante de la construcción dramática, pero aun así erigiéndose como un título único en su género.

    Día 1: Sitges 2017: El 50º Festival de Sitges arranca alto con la magistral 'La forma del agua' de Guillermo del Toro

    Día 2: Sitges 2017: Tristemente, Sitges, ya no nos quiere

    Día 3: Sitges 2017: Jaume Balagueró aborda la creación poética como pura brujería en 'Musa'

     

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