Hard Boiled (John Woo, 1992)
Los planos secuencia, como ya ha quedado demostrado, pueden servir para darle un brillo especial a las escenas de acción, consiguiendo que el espectador se meta aún más en la trama. El famoso tiroteo en el hospital que presenciamos en la película que le abrió las puertas de Hollywood a John Woo -y a Chow-Yun Fat- es un buen ejemplo de esto, conformando una escena bastante árida en la que sólo los tiros rompen el silencio.
Expiación (Joe Wright, 2007)
El formidable director tras Orgullo y prejuicio empezó poco a poco a probarse a sí mismo, y sorprendió a propios y extraños con esta escena de Expiación. Una que se desarrolla nada menos que en la playa de Dunkerque durante su evacuación en la Segunda Guerra Mundial, antes de que este episodio histórico captara la atención de Christopher Nolan, y que combina en su seno un cuidado escenario, multitud de extras, y música diegética. Un gran trabajo que luego motivaría a Wright a encarar un plano secuencia tanto o más alucinante en Hanna.
