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    Christian Petzold (‘En tránsito’): “Es absurdo encerrar a la gente en campos y que el flujo del dinero no tenga límites”

    El director de ‘Bárbara’ y ‘Phoenix’ vuelve al melodrama para hablarnos de la historia de amor de dos refugiados en la Marsella de la Segunda Guerra Mundial.

    ¿Hay paralelismos entre los refugiados de la Europa de la Segunda Guerra Mundial y los que hoy huyen de las guerras de Oriente Medio? Con En tránsito, Christian Petzold indaga en las similitudes entre pasado y presente con una apuesta inusual: situar a los personajes de la época, la Segunda Guerra Mundial, en la Marsella contemporánea. La cinta, que adapta la novela de la escritora alemana Anna Seghers, cuenta la historia de un alemán que trata de huir de la ocupación nazi desde Marsella y que ahí se enamora de una mujer que está esperando a su marido– e inauguró el pasado martes la 20ª edición del Festival de Cine Alemán de Madrid. Hoy llega a las salas españolas y por ello hablamos (en una entrevista compartida) con el reconocido director de Phoenix y Bárbara.

    El tránsito puede ser geográfico, pero también temporal, algo que se opone a la idea de hogar… ¿Qué es para usted el tránsito?

    Christian Petzold –  El concepto de tránsito tiene que ver con mi biografía. Mi padre es de la República Checa, mi madre de Sajonia, y crecieron en los campos de refugiados de la RDA, y ahí fue concebido. Creo que la situación de transito es una situación que hay que asumir como normal, porque nada es para siempre. Lo que es absurdo es que hoy en día se encierre a la gente en campos de refugiados y que el flujo del dinero no tenga límites. Las zonas de tránsito de los aeropuertos reflejan esta idea: son zonas donde venden todo tipo de productos de lujo, el dinero fluye sin problemas, pero las personas, por el contrario, están controladas. Es una especie de limbo.

    Marco Krüger - Schramm Film

    Esta última semana, los medios se han hecho eco del barco Aquarius, que transportaba más de 600 personas migradas rescatadas durante el fin de semana en el Mediterráneo, y que finalmente serán acogidas en España. En los medios no paramos de ver noticias sobre este drama humano. ¿Qué reflexión le merece?

    Christian Petzold –  Justamente ayer, mientras esperaba el avión hacia Madrid en el aeropuerto de Tegel estuve mirando las noticias sobre este caso que daban en la televisión. Imágenes sin sentido, por otra parte, que tampoco contaban mucho sobre quiénes son esos inmigrantes y qué sucede en ese barco. Las historias de refugiados están omnipresentes, está la película Exodus, de Otto Preminger sobre un grupo de refugiados que quiere ir a Palestina, se me ocurre ahora. Son imágenes que se repiten en la historia del cine y la historia de la información. Son imágenes en tránsito. Historias del pasado y al mismo tiempo historias de hoy, y quizás eso es lo más irritante de todo esto. A todo esto, en mi opinión, la televisión convierte a los refugiados en seres iguales, una especie de paquete sin identidad o, lo que es peor, un virus que parece que amenaza y que parece que va a contraer Europa. En mi película sucede lo contrario: los espectadores somos los sin nombre, los anónimos, los fantasmas. El cine le da la vuelta a la historia.

    ¿Ha recibido críticas por equiparar en ‘En tránsito’ el fascismo del estado actual con el fascismo del estado nacionalsocialista de la Segunda Guerra Mundial?

    Christian Petzold –  Es evidente que la policía de hoy no es la Gestapo ni el cuerpo de las SS, pero sí son los que hoy en día se aseguran de que las ciudades estén ‘limpias’. Justo cuando estábamos rodando se desalojó la llamada Jungla de Calais. No son comparables con los colaboradores de entonces, que pretendían “limpiar” a Europa de judíos, la limpieza étnica, pero sí es comparable en relación a esa idea de “limpieza”. De hecho, estos policías me recuerdan a los soldados de Star Wars, todos vestidos de negro. En suma, no es comparable pero sí hay resonancias históricas, que permiten hablar de similitudes.

    Es evidente que la policía de hoy no es la Gestapo ni el cuerpo de las SS, pero sí son los que hoy en día se aseguran de que las ciudades estén ‘limpias’. La situación no es comparable, pero hay resonancias que permiten hablar de similitudes.

    Dado que toda película sobre gente migrando es también una película que habla de las actuales sociedades de control, llama la atención que ‘En tránsito’ apenas utilice imágenes de cámaras de vigilancia. Sólo hay un plano: el momento en que los dos protagonistas se ven por primera vez. ¿No se sintió tentado a utilizar más este tipo de recurso?

    Christian Petzold – Había más escenas de este tipo con imágenes de cámaras de vigilancia, pero finalmente las quité porque En tránsito no es una historia sobre los que vigilan, sino de los propios protagonistas. El momento en que empieza la historia de amor, que arranca justo en ese plano de la cámara de vigilancia, ellos escapan del control y de los controladores y comienzan a forjar su propia historia. Por otra parte, y esto es una anécdota, me cuesta mucho explicarles a las actrices, Paula Beer incluida, que compren unos zapatos para una determinada escena, aunque no se vayan a ver en la película. Lo que se ve es el caminar, los pasos, el ritmo que esos zapatos imprime. Pero en este caso, Paula compró unos zapatos de bailadora de flamenco en España, muy especiales. Y ese contraste en esa escena en que aparece por primera vez, que da la sensación de que entra en la escena bailando, filmado a través de la cámara de vigilancia, era algo que quería que saliera en la película.  

    ¿Qué opinión le merece todo el asunto de Carles Puigdemont, sobre el que pesa una orden europea de detención, y a quien precisamente detuvieron en su país cuando estaba en tránsito hacia otro?

    Christian Petzold – La orden de detención europea me parece un escándalo y creo que la justicia europea lo ha resuelto de la mejor manera posible. Desde luego, y esto es una opinión personal, creo que el señor Rajoy lo hizo todo mal, y me parece que su partido es un partido de estúpidos. Han convertido a Puigdemont en un mártir en lugar de darle la oportunidad de hablar. Pero este es mi posicionamiento político personal. Por otra parte, quiero dejar claro que estoy en contra de cualquier movimiento separatista, y que para mí todo pasa por la cooperación y el diálogo. Los movimientos separatistas no son la solución, y la no mezcla, intentar construir sociedades puras, es lo que acaba con las sociedades.

    ‘En tránsito’ es quizás la película de su filmografía reciente que más abraza el género del melodrama, y encontramos muchas referencias a grandes clásicos del género, desde Max Ophüls, Douglas Sirk o Rainer Werner Fassbinder.

    Christian Petzold – Phoenix la pensé como una cinta de cine negro con ecos de Robert Siodmark, y es cierto que En tránsito es más melodramática, con referencias a Fassbinder, Ophüls y otros. Digamos que son las dos caras de una misma moneda: el cine alemán en el exilio. El punto de partida es la película Menschen am Sonntag (1930), de Billy Wilder, Fred Zinnemann y Edgar G.Ulmer, que se realizó en Berlín un año antes del auge del fascismo, una película donde se ve a trabajadores, cuerpos destrozados… Y todos esos cineastas que tuvieron que huir a Hollywood y todo ese cine que se vieron obligados a hacer una vez ahí son las referencias, ese cine en el exilio, que es un cine que también refleja la idea de pérdida.

    'Phoenix'  la pensé como una cinta de cine negro con ecos de Robert Siodmark, y es cierto que 'En tránsito' es más melodramática, con referencias a Fassbinder, Ophüls y otros. Son las dos caras de una misma moneda: el cine alemán en el exilio.

    ¿Por qué decidió utilizar la canción de Talking Heads ‘Road to Nowhere’ para los créditos finales de ‘En tránsito’?

    Christian Petzold – En el decimoséptimo día de rodaje, un amigo mío me mando la canción porque justo esa mañana la había escuchado por la radio y me comentó que le recordaba mucho a la historia de la película. Y en efecto, a mí también me recordaba a En tránsito. Se la puse a los actores y actrices y, sí, esta canción es la película. Empieza como un góspel, habla de la pérdida, de la infancia, de las oportunidades por delante… Para mí, la última canción de una película ha de funcionar como el último salmo que escuchas cuando vas a misa, que te acompaña a casa cuando estás saliendo de la iglesia. Y el mensaje aquí va a la perfección: la vida sigue.

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