Pocas películas han generado un debate tan intenso en su estreno como Star Wars: Los últimos Jedi. El Episodio VIII de la franquicia de La guerra de las galaxias dividió a los espectadores en dos grupos bien diferenciados: los que apoyaban la idea de Rian Johnson y los que pensaban que había arruinado la saga por completo.
El odio hacia la película fue tal, que incluso la actriz Kelly Marie Tran se vio obligada a abandonar Instagram tras el acoso recibido. Pues bien el Dr. Morten Bay ha analizado el fenómeno y ha sacado como conclusión que cerca del 50% era 'trolleo' político, probablemente proveniente de Rusia. Los 'haters' reales, aquellos a los que no les había gustado la película sin connotaciones colaterales, representan una "minoría muy pequeña".
Ya en su día se rumoreó que las malas críticas de la película en Rotten Tomatoes eran resultado de un 'hackeo'. La diferencia entre la valoración de los críticos y la de los fans era inmensa, ya que los profesionales le daban más de un 90%, mientras que los aficionados se quedaban en el 55%. Es más, los miembros de la página de Facebook Down With Disney’s Treatment of Franchises and Fanboys declararon ser responsable de estas notas tan bajas y afirmaron que recurrieron a bots para hacer bajar la nota media.
Afortunadamente, al menos de cara a la galería, Rian Johnson se lo tomó con mucha filosofía: "Por mi propia experiencia estoy al tanto de que, primero de todo, los fans son muy apasionados, les importa mucho, a veces se preocupan violentamente conmigo en Twitter. Pero eso es porque les importan estas cosas y duele cuando estás esperando algo específico y no lo consigues en algo que amas. Siempre duele, así que no me lo tomo como algo personal si un fan reacciona negativamente y me ataca en Twitter. Está bien. Es mi trabajo estar ahí para eso".
