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    Marisa Paredes: “Me apasionaba participar del mundo de Rosales en ‘Petra’”

    La gran dama de la interpretación española colabora por primera vez con el director de ‘La soledad’, en un papel determinante en esta cinta de tinte trágicos.

    “Es como un culebrón autoral”, bromea Marisa Paredes con respecto a Petra, la nueva película de Jaime Rosales, que sigue a una joven, Bárbara Lennie, en su misión de encontrar a un padre cuya identidad desconoce. Paredes, una de las grandes actrices de la historia del cine español, participa en Petra interpretando a la mujer del tirano, en un papel breve en el que ha vuelto a volcarse para entregar una interpretación exigente. Para Paredes, no obstante, la cinta de Rosales no solo ciñe a ser una reformulación de la tragedia griega, sino que “habla de la memoria histórica, del poder, del artista y de la mercantilización del arte, de las relaciones familiares… Todas esas cosas hacen importante a la película”. Hablamos con la intérprete sobre Petra, sobre la manera de trabajar de Jaime Rosales y sobre los retos que tiene por delante como actriz.  

    Wanda Films

    ¿Cómo le llega el proyecto de ‘Petra’? Marisa, su personaje, es un papel secundario con escenas muy breves, pero al mismo tiempo muy determinante. 

    Marisa Paredes– Me llega el proyecto a través de José María Morales, el productor, con quien había ya trabajado anteriormente en dos películas de Arturo Ripstein, y a quien admiro mucho como productor. Nos encontrábamos en el Festival de Cannes y me habló de la historia de Petra, pensó que me podía gustar, aunque me advirtió de que era un personaje pequeño. Yo le respondí eso de que no hay personaje pequeño, pero, bueno, sí es cierto que es un personaje secundario muy breve. Pero la verdad es que me dio igual porque el mundo de Rosales me atraía mucho y quería entrar en ese universo tan autoral y tan distinto de lo que yo había hecho hasta entonces. Me apasionaba participar de ello, además de la idea de trabajar con Bárbara Lennie, porque creo que es una actriz muy interesante, y, por supuesto, poder trabajar también con Álex. Todo estaba a favor.

    ¿Cómo fue el trabajo interpretativo con actores no profesionales como Joan Botey? Imagino que ya se habrá encontrado en situaciones parecidas, dada su experiencia en la profesión, y que ya habrá trabajado con actores no profesionales.

    Marisa Paredes– Sí, pero ¡no tanto! [risas] Joan fue un descubrimiento. Estábamos muy preocupados a la hora de dar con el actor protagonista, porque es un personaje muy complicado, y era el más difícil de encontrar. Y sobre el tema de los actores no profesionales, aparte de la primera impresión, que tiene que ver con que no conoces a la persona, ni su cara ni su forma de trabajar, es algo que te da mucha frescura, porque alguien que no es profesional está más relajado, no tiene una carrera detrás ni delante, en principio. Es una persona a quien eligen para trabajar, para hacer un papel en una historia. Y eso te pone en una situación diferente de todas las que comúnmente vives como actriz. Cómo es, cómo mira, cómo me encuentro con él, en qué momento nuestras energías van a coincidir y encontrarse… Y todo ello era muy diferente y a la vez muy interesante de hacer.

    Su personaje en ‘Petra’, también llamado Marisa, aparece en contadas secuencias, pero su transformación es radical, pasa de ser una mujer cínica y subyugada a Jaume, dependiente de su dinero, para convertirse en una mujer que va en busca del perdón. ¿Cómo trabajó esos dos tiempos de Marisa?

    Marisa Paredes– Para mí, el personaje de Marisa ha renunciado a sus sueños y a su posible vida, y se encuentra encerrada en una suerte de jaula de oro. Creo que es un personaje de carácter progresista, y la pregunta es ¿por qué ha llegado hasta esa situación? Pues probablemente, y muchas veces, uno se encuentra en un sitio al que no querías ir, pero que estás. Y ella, además, tiene una razón poderosa que no voy a desvelar ahora. Hay veces que no hay razones concretas y hay veces que lo contrario. Ese tipo de personajes van a seguir existiendo, los personajes femeninos acomodaticios, pero afortunadamente, cada vez hay menos. La libertad profesional y la autonomía económica nos hace mucho más libres para tener más donde escoger y no depender de nada ni de nadie.

    Los personajes femeninos acomodaticios van a seguir existiendo, pero afortunadamente, cada vez hay menos. La libertad profesional y la autonomía económica nos hace mucho más libres para tener más donde escoger y no depender de nada ni de nadie.

    ‘Petra’ ofrece, precisamente, esta lectura de corte feminista: la idea de que la unión de las mujeres es vital a la hora de resistir las crueldades del patriarca, del sistema patriarcal.

    Marisa Paredes– Sí, en efecto. Creo que es porque la vida nos ha hecho más resistentes, a muchas cosas, a la propia vida, en el sentido de lidiar con todo. Y esos dos personajes, Petra y Marisa, que logran encontrarse, lo hacen desde la verdad más absoluta, desde las tripas. Y se encuentran de una manera que los personajes masculinos jamás podrán encontrarse.

    Ahora que ‘Petra’ está ya casi en manos de los espectadores, ¿es tan exigente trabajar con Rosales como se dice?

    Marisa Paredes– Trabajar con Jaime es muy especial. Es una especie de director con un tinte matemático, y todo está muy medido: las escenas, el movimiento de cámara y su manera de filmar, la exigencia de los planos secuencia, adaptarte al ritmo de la cámara y que la cámara también se adapte a tu forma de trabajar, la improvisación, porque Jaime no quiere que te sepas el guion, sino que sepas la situación y que, a partir de ahí, digas el guion con otras palabras… Rosales tiene milimetradas cada una de las tomas, y tienes X segundos o X minutos para hacerlo, y no te puedes pasar porque luego no hay un primer plano para rescatar la situación. Pero bueno, el mundo de Jaime es así y eso es lo interesa te de trabajar con él.

    Trabajar con Jaime es muy especial. Es una especie de director con un tinte matemático, y todo está muy medido.

    Decía al principio de la entrevista que quería entrar en el mundo de Jaime Rosales, y, en este sentido, ¿se siente satisfecha con la experiencia de ‘Petra’?

    Marisa Paredes– Satisfecha del todo nunca se queda una, vamos a hablar sinceramente [risas]. Pero sí, estoy contenta, ya no de cómo me veo yo en la película, porque soy muy exigente, sino de los comentarios de la gente que ya ha visto Petra, que dice que tanto la película como mi trabajo es maravilloso –y pido disculpas porque lo digo sin ningún atisbo de soberbia–. Y eso me ha animado mucho, porque pienso que sí, que la película le ha llegado a la gente.

    Llama la atención de que ‘Petra’ sea su primera colaboración con Rosales, en el sentido de que no es habitual que una actriz de su bagaje se lance a probar nuevas experiencias interpretativas.

    Marisa Paredes– Los retos al final son de los mayores estímulos para ponerse con un nuevo proyecto. Me considero una actriz que ha arriesgado y que no me conformo fácilmente. Tengo la suerte de que puedo elegir, y en ocasiones he optado por trabajar en óperas primas. Por supuesto, hay cuestiones determinantes a la hora de escoger un papel –que me guste la historia, el director, etc.–, pero hay veces en que el director ha hecho pocas cosas o casi ninguna. En esos casos, me guio por la intuición y por oficio, así que busco detalles que me hacen pensar que puede ser una aventura diferente. Y a mí, personalmente, eso es lo que más me apasiona como actriz.

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