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    Eric Khoo ('Una receta familiar'): "El mundo es un poco caótico y merece la pena acoger una película buena y optimista como esta"

    Hablamos con el director singapurense en el Festival de San Sebastián sobre su nuevo proyecto. ¡Ya en cines!

    Fue el primer director singapurense en pasar por festivales de cine del calibre de Berlín, Venecia y CannesEric Khoo también puede añadir otro a esa lista: el de San Sebastián. El realizador presentó en la pasada edición del certamen español Una receta familiar, filme que formó parte de la cateogoría de Culinary Zinema y que hoy, 31 de octubre, llega a las salas de cine españolas.

    La cinta de Khoo habla sobre la unión entre dos culturas tan diferentes como la japonesa y la singapurense a través de dos platos típicos de cada lugar: el ramen y el bak kut teh. La historia se centra en Masato (Takumi Saitoh), un joven chef que deja Japón en un viaje culinario hacia Singapur para conocer el pasado de su familia.

    Durante nnuestro paso por la 66ª edición del Festival de San Sebastián pudimos hablar con Khoo sobre el filme, lo importante de los recuerdos y la receta de su madre que nunca podrá llegar a igualar.

    ¿Cómo surgió la idea de hacer una película en la que la comida es clave para entender el legado familiar?

    Se me acercó un productor japonés, Yutaka Tachibana, que quería hacer una coproducción entre Singapur y Japón. De joven había estudiado allí, así que tenía un vínculo personal con Singapur. Empezamos a trabajar en el guion, pero cuando me habló sobre esta coproducción, lo primero que me vino a la mente fue la comida, porque adoro la comida japonesa. Los de Singapur aman la comida japonesa, tienes como miles de restaurantes japoneses. Desde muy pronto quise hacer una película sobre comida callejera. Si te fijas en el ramen, en Japón empezó siendo la comida más barata. En Singapur, está el Bak Kut Teh. Y pensé, ¿no estaría bien si juntase ambas tradiciones? Así que, tengo un amigo que dirige una tienda de 'noodles' y los prepara para restaurantes japoneses y consiguió un plato de Ba Ku Teh con 'noodles' y cuando lo probé, estaba buenísimo. Quería hacer una película en la que los platos supiesen bien [ríe]. También hubo que crear una narrativa y queríamos hacer algo sobre el perdón y la reconciliación. Esa fue la premisa. También queríamos mantener una historia simple y que fuese el viaje de un chico de 30 años que descubre cosas nuevas de su niñez. 

    ¿Es difícil crear una historia sencilla cuando parece que todo lo que prima en la actualidad es lo artificial?

    Creo que en la actualidad estamos pasando por un momento problemático. Si te fijas en el mundo, es todo un poco caótico, y creo que merece la pena acoger una película buena y optimista como Una receta familiar.

    ¿Estamos dejando de prestar atención a las historias que nos cuentan nuestros antepasados?

    En nuestra 'premiere' en Berlín este año, algunos periodistas que me estaban entrevistando empezaron a llorar. Porque ellos, viendo la película, no conocían los platos, pero les recordaba a su abuela cocinando. Prensaban en su madre. Era como: “quiero volver atrás y probarlos”. Me gustó eso porque la gente la ve y conecta con sus experiencias personales. 

    El personaje principal es el ejemplo de la unión entre dos cultruas muy diferentes... 

    Creo que cuando te fijas en los asiáticos, los japoneses son muy diferentes de los singapurenses. Las diferencias culturales les separan. Así que, pensé que sería bonito que estos personajes tan diferentes se encontrasen. Yo no soy japonés, pero quería que la sensibilidad fuese japonesa tanto como fuese posible porque el guion estaba en inglés y después se tradujo al japonés. Lo que se perdió, se perdió en la traducción. Para mí era importante que los actores conociesen a sus personajes y los creasen en su propia mente para que, al hacer los ensayos, pusiésemos esas cosas en el guion final. Rodamos toda la película en 18 días.

    ¿Puede ser la comida tan importante como para hacer que la gente se perdone? 

    Puedes estar en una reunión y que todo el mundo esté discutiendo, pero entonces alguien dirá: “Hay un plato en este restaurante que es muy bueno”. Y todo el mundo irá a ese sitio para probar el plato. La comida, para mí, es encuentro y unir a la gente. Cada comida es una celebración. 

    Los platos son muy elaborados...

    Tuve mucha suerte porque mi director de fotografía es amante de la comida. Le encanta comer. Y le gusta comer lo que como yo. Especialmente para la última escena, tuvimos que buscar un lugar en el que la cocina no tuviese techo para que el sol entrase. Hay un momento en concreto del día en el que puedes rodar esas escenas.

    ¿Quién los cocinó?

    La actriz que interpreta a la abuela, Beatrice Chien. También Takumi Saitoh es muy bueno en la cocina y sus padres tienen un restsurante en Japón. Además, creo que el actor que interpreta al padre de Takumi Saitoh, Tsuyoshi Ihara, tiene un restaurante en Japón. A mí me encanta la comida. Así que, fue fácil conseguir que nos involucrásemos en la película.

    ¿Hay alguna receta en tu familia que haya pasado de generación a generación? 

    El pollo con curri de mi madre. Es el mejor. Siempre intentamos hacerlo, pero no es tan bueno como el de ella. 

     

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