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    Florian Henckel ('La sombra del pasado'): "La relación del poder con el arte es un indicador del nivel de autoritarismo"

    El director de 'La vida de los otros' regresa con otra crónica sobre los pecados de Alemania en esta historia sobre un joven artista y su esposa tras la Segunda Guerra Mundial.

    La sombra del pasado, la nueva película del alemán Florian Henckel von Donnersmarck, se abre con una escena que marcó la historia del arte del siglo XX, la muestra de Arte degenerado con la que el régimen nazi pretendía demonizar a la vanguardia artística del período de entreguerras: cubismo, dadaísmo, expresionismo, surrealismo... Será el primero de varios episodios en esta epopeya cinematográfica que recorre la posguerra de Alemania en los que el poder trate de subyugar la libertad artística y la libertad de su protagonista, Kurt (Tom Schilling), un joven artista que tendrá que hacer frente a un oscuro secreto del pasado. 

    Así las cosas, Henckel von Donnersmarck se fija en La sombra del pasado en los pecados recientes de la historia de su país, tras explorar los casos de espionaje de la Stasi en la oscarizada La vida de los otros. Sobre su nuevo largometraje, que se estrena el viernes 5 de abril en salas españolas, y sobre la importancia de cerrar heridas, hemos conversado con el cineasta. 

    Avalon/ Wanda Films

    En ‘La sombra del pasado’ se ha inspirado en la figura del pintor Gerhard Richter. ¿Hasta qué punto sigue su biografía y hasta qué punto la historia es ficción?

    Florian Henckel – En efecto, la vida de Richter me ha inspirado y más concretamente un aspecto de su vida. Richter tiene un cuadro muy bonito de la década de los 60 que está basado en una fotografía de su álbum familiar en el que se ve a una joven muy guapa con un bebé en sus brazos. Años después, Richter dijo que la chica del cuadro era su tía y que el bebé al que sostenía era él, y que poco tiempo después de que se tomara esa instantánea los nazis mataron a su tía. Ese cuadro siempre me había conmovido desde que lo vi por primera vez cuando era joven, porque me preguntaba qué es lo que había pensado Richter mientras pintaba esa obra ya que me parece especialmente bonito y a la vez me provoca escalofríos. Más adelante, una investigación periodística descubrió que el suegro de Richter había sido uno de los responsables del programa eugenésico del Tercer Reich. Pensar que Richter había vivido bajo el mismo techo que la persona que, de alguna manera, era el origen de su trauma y del dolor que le incitó a ser artista... Me pareció un estupendo punto de partida.

    Pensar que Richter había vivido bajo el mismo techo que la persona que, de alguna manera, era el origen de su trauma y del dolor que le incitó a ser artista... Me pareció un estupendo punto de partida para la película.

    ¿Qué le interesó en concreto del período de la posguerra de Alemania? En ‘La sombra del pasado’ recorre la Alemania de una y otra ideología, y no es un momento histórico muy descrito en el cine. 

    Florian Henckel– Tal vez tenga que ver con el hecho de que los acontecimientos políticos más brutales que han sucedido en Europa en el siglo XX han sido el doble de intensos en Alemania. Me explico: en la posguerra, el mundo se dividió en dos bloques, del mismo modo, Alemania se dividió como país en dos bloques, el oriental y el occidental, e incluso hubo durante muchos años una ciudad en Alemania dividida en dos. Muchos países han sufrido dictaduras y regímenes totalitarios a lo largo de la historia y no hace falta irnos demasiado lejos porque España es un ejemplo obvio. Sin embargo, los extremismos que se han visto en Alemania no tienen nada que ver con otros casos de regímenes autoritarios. Para un escritor o un cineasta, es un caldo creativo magnífico, pero las historias que nos inventamos no van a lograr erradicar estas tendencias violentas, por desgracia. Esos fantasmas aún nos persiguen. Fíjate: la Unión Europea se fundó para que Alemania no volviera a actuar de manera unilateral, pero durante la gran crisis de migrantes ha vuelto a hacerlo acogiendo a los refugiados sirios sin contar con Europa. Y lo ha hecho obviando la solución conjunta que se había consensuado a causa de una mala conciencia que provoca posiciones enconadas y movimientos de rechazo.

    En ‘La sombra del pasado’ el personaje interpretado por Sebastian Koch invita a entender que entre el régimen nazi y el siguiente no hubo ruptura y que las elites que sobrevivieron continuaron en los mandos de poder.

    Florian Henckel– Sí hubo ruptura entre uno y otro régimen, pero las mismas aptitudes que ayudaron a ciertas personas a situarse en las altas esferas sociales del régimen nazi les permitieron asimismo medrar en el sistema siguiente. No fue algo característico de Alemania, porque encontramos este tipo de oportunistas amorales en todos los regímenes políticos de la historia. Hay un libro de Stefan Zweig que ilustra muy bien esta idea. Se llama Fouché, el genio tenebroso y sigue la figura real de Joseph Fouché, un funcionario de alto rango que sobrevivió al rey de Francia, a Robespierre, a Napoléon… la revolución y después bajo los distintos grupos revolucionarios, y también con el nuevo rey….  

    nadjaklier

    Hay algo muy conmovedor en los dos interpretes protagonistas, Tom Schilling y Paula Beer, y en la manera en que encarnan a sus personajes: sufren todo tipo de giros del destino y sin embargo en la película sus rostros se mantienen joviales, quiero decir, como si a pesar de todo conservan esa inocencia de la juventud.

    Florian Henckel– En ‘La sombra del pasado’ también quería contar que, a pesar de que solemos idealizar los años de estudiantes, cuando tenemos veintpiico años, es una de las etapas mas difíciles de la vida para mucha gente. Porque no tienes dinero, no tienes poder de decisión apenas, no tienes capacidad de maniobra y la generación que está por encima lo tiene todo: el dinero, el poder, el derecho para decirte lo que tienes que hacer, e intentan utilizarte, abusar.., y lo único que tienes como consuelo es el amor. Que no es poco. Por eso la historia de amor es tan importante en la película, porque es su forma de escapar de todo el mal que les rodea. Kurt y Ellie son dos seres maravillosos que solo quieren dejar una huella positiva en el mundo y, sin embargo, todo su entorno está intentando destrozarles. Uno de mis momentos favoritos de la película es un montaje de dos escenas. En la primera vemos a la pareja en la intimidad de casa, después de un duro revés, y él está apoyado en el regazo de ella. Entonces se corta el plano y vamos a la siguiente escena, en que vemos a Kurt en clase en la universidad. Todo el mundo está hablando y él está solo con sus pensamientos sin que nadie a su alrededor pueda llegar a imaginar la gravedad de su tragedia personal. Y esto sucede muy a menudo: vemos a gente pasar y vemos a gente alrededor, gente joven, que tal vez guarden para sí un dolor así de grande, inimaginable incluso para mí como adulto. Al mismo tiempo, Kurt es un artista joven que tiene que encontrar su voz artística y eso hace que su mundo se vuelva mas complicado.

    La historia de amor es tan importante en la película, porque es su forma de escapar de todo el mal que les rodea. Kurt y Ellie son dos seres maravillosos que solo quieren dejar una huella positiva en el mundo y, sin embargo, todo su entorno está intentando destrozarles.

    ‘La sombra del pasado’ también es una reflexión sobre las tiranteces entre poder y arte.

    Florian Henckel– En cuanto un sistema político es capaz de dictar lo que tiene que ser el arte, o incluso puede influir sobre el arte del momento, el arte como tal se pierde. Ya está perdido. No creo en la idea de que la censura puede promover la creatividad y un arte subversivo porque, en mi opinión, la libertad artística es esencial para la supervivencia misma del arte. Si te fijas, todas las dictaduras intentan controlar el arte. También los medios de comunicación. Es la vía que tiene el poder para controlar a la gente, porque saben que el arte tiene la capacidad de provocar un cambio en la forma de pensar de la gente. Y eso es lo ultimo que ellos quieren: el cambio. La relación del poder con el arte es un indicador del nivel de autoritarismo: para saber si vivimos en un régimen autoritario solo hay que fijarse en si el poder trata de controlar el arte o los medios de comunicación. 

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