Dani Rovira odia a Rafa Nadal, a Antonio Banderas, a Clara Lago y hasta a Meryl Streep. Los odia por ser tan perfectos y haber construido una carrera tan brillante. Un odio que, en realidad, no es más que el reflejo de una sociedad que, en ocasiones, se esfuerza todo lo posible por no ser feliz. El cómico malagueño repasa todas esas pequeñas taras que tenemos los españoles en el especial de comedia titulado, como no podía ser de otra manera, Odio, que se estrena este viernes 12 de febrero en Netflix.
El monólogo supone el regreso de Dani Rovira después de una pandemia que ha asolado a medio mundo y de un cáncer que, en sus propias palabras, le hizo estar más cerca de San Pedro. Si estos últimos 12 meses nos han cambiado la perspectiva a todos, Rovira ha tenido el añadido de ser diagnosticado de un linforma de Hodgkin unos días después de que todos quedásemos confinados en nuestras casas. Un proceso que le ha servido para reencontrarse con ese texto que había escrito unos años antes.
Pensé: 'Este texto es mío, lo escribí hace 2-3 años, y lo he estado interpretando pero ahora ha cobrado más sentido'. Es como si hubiera escrito este texto y mi inconsciente supiera un poco lo que iba a pasar. Cobra más sentido ahora
El cómico se ha enfrentado al texto por primera vez en nueve meses y ha descubierto que muchos de los temas que trata están más de actualidad hoy que cuando lo escribió originalmente. El detalle a las pequeñas cosas, el estrés que domina nuestras vidas, el odio generalizado en las conversaciones cotidianas... Todo esto cobra sentido en 2021. "Yo mismo me emocionaba mucho más porque empecé a entender de manera real cosas que yo había escrito hace 2 años. Que sí, que las escribía yo y las sentía pero ahora cuadra todo. Como si hubiese tenido una premonición en la escritura".
Llega en el mejor momento. Justo cuando los espectadores lo necesitan más. Como señala el actor de Ocho apellidos vascos, el humor se ha convertido en algo terapeutico. "Notas que la gente está mucho más necesitada de humor que antes. Lo que tú antes hacías y la gente se reía, se lo pasaba bien y aplaudía, ahora hay una emoción. Ahora la gente dice ‘qué bien me ha venido este ratito", explica Rovira, "De repente, el humor se ha convertido en un complemento incluso para la sanidad. Empieza a ser más terapéutico que antes".
Y eso que el proceso que ha habido detrás ha sido una auténtica pesadilla. Nadie dijo que fuese fácil sacar adelante un especial para el todopoderoso Netflix, pero Rovira se ha tenido que enfrentar a mil y un problemas: cambios de aforo, cierre de municipios, cancelaciones de entradas, reprogramaciones... A tan solo cuatro días de actuar, el equipo del cómico tuvieron que hacer todo lo posible para que la función siguiese adelante.
Hacer este especial ha sido lo más parecido a una película de Indiana Jones. Es lo más cerca que me he sentido de Harrison Ford
"Cuatro días antes, la Junta de Andalucía, por el tema de la pandemia, nos cambia las reglas del juego. Con todas las entradas vendidas, con horarios y el aforo ya establecido, de repente hay toques de queda, se reduce el horario de apertura del teatro, nos quitan aforo… La reestructuración fue una locura. Yo estuve a punto de tirar la toalla", confiesa. Por un momento, el especial de comedia no iba a ver la luz en Netflix, pero el cómico se apoyó en los técnicos, personal de administración y los trabajadores de su oficina para hacerlo realidad.
"De repente sonó John Williams y dijimos 'Venga, vamos a echarle ahí dos cojones'. Ha salido genial. Los que hemos estado haciendo este espectáculo, que ha sido mucha gente, lo vamos a disfrutar un poco más porque somos conscientes de lo absolutamente difícil que fue". Nosotros, inconscientes de todo lo sucedido detrás de las cámaras, podemos darle al 'play' y disfrutar de esta hora y 22 minutos de risas a partir de hoy, 12 de febrero, en Netflix.
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