Una carta de amor al cine de Zhang Yimou un cineasta que lleva más de 25 películas dirigidas, en más de 35 años de carrera. Pero Un segundo, que hoy llega a los cines de la mano de Vértigo, va mucho más allá. Y de hecho tiene mucho más de retrato y de recuerdos nostálgicos del director de lo que podría parecer. Lo que la ha convertido sin pretenderlo en una película perseguida por el Gobierno chino que no ha permitido que se estrene ni en Berlín ni en Cannes.
La película cuenta la historia de un prisinero de un campo de trabajo que se fuga y lo arriesga todo para poder contemplar a su hija en una película que proyectan en un cine cercano. Pero cuando está a punto de conseguirlo, una ladronzuela se cruza en su camino, roba la película y lo que parecía sencillo acaba siendo mucho más complejo de lo que nadie podía esperar.
Un segundo es enternecedora y nostálgica, protagonizada por dos pícaros divertidos sin pretenderlo, y es en realidad una carta de amor a un cine, una manera de ver cine y hacer cine que está prácticamente extinguida, que rinde homenaje al cine como evasión, al celuloide como casi una obra de arte a la que hay que tratar con mimo.
Una película que podría recordar a Cinema Paradiso (1988), pero en realidad nos entrega todo lo que Cinema Paradiso no nos entregó.
Y emociona más aún cuando se descubre que el nostálgico retrato que hace de esos campos de trabajo en los años 60 Zhang Yimou está basado en su propia experiencia, ya que él pasó por uno de ellos en su juventud durante la Revolución Cultural China, cuando le enviaron a un campo de reeducación política. Pero además, Yimou comparte con el protagonista ese dolor por no haber visto crecer a su hija. Él también sufrió la dolorosa separación de su hija de su primer matrimonio.
La Revolución Cultural, período a mediados de la década de 1960, en que el regímen maoísta recuperó el poder del país eliminando cualquier disidencia considerada 'burguesa', la película es el regreso de Yimou a un cine de corte más autoral tras años realizando superproducciones como Las flores de la guerra, con Cristian Bale, o, La gran muralla con Matt Damon.
Zhang Yi y Fan Wei son los protagonistas de esta película, rodada en la pequeña ciudad china de Dunhuang, con un paisaje casi desértico rodeada dunas que en la película cobran además un relevante protagonismo casi poético. La película estaba llamada a ser un nuevo éxito internacional. Firmada por un Zhang, que ha sido dos veces nominado al Oscar, admirado por Steven Spielberg, y que había logrado varios hitos para el cine chino: ganó el Oso de Oro de Berlín con Sorgo Rojo y el León de Oro de Venecia dos veces (The Story of Qiu Ju, Not One Less) y logró los dos primeros taquillazos mundiales del cine chino con Hero (177 millones de dólares en 2002) y La casa de las dagas voladoras (92 millones, en 2004).
Sin embargo, China ha impedido que se estrene en el Festival de Berlín y el de Cannes, aunque ha sido la encargada de inaugurar el Festival de San Sebastián. ¿Pero cómo pasó a ser censurado el director a quien el gobierno chino confió las ceremonias de apertura y de clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín, y a quien ha confiado los actos de homenaje del 70 aniversario de la revolución cultural?
'One Second', la nueva película de Zhang Yimou, retirada de la BerlinaleLo ocurrido con Un segundo ha sido una aventura, que hace justicia a la que viven los propios protagonistas de la historia. El filme iba a estrenarse en el Festival de Berlín y muchos la veían como candidata al Oso de Oro, pero una semana antes se retiró de la competición. Según publicó Hollywood Reporter cuando Un segundo llegó al festival de Berlín, contaba ya con el llamado Sello del Dragón.
Cuando una película china se va a exhibir en el exterior la censura controla desde el guión y la presproducción, hasta la postproducción, tras la que se consigue el Sello del Dragón. Se trata de una acreditación que certifica que su contenido ha sido aprobado por la Administración Nacional de Cine de China, lo que garantiza que el contenido de la película sea políticamente aceptable.
Sin embargo, las películas chinas destinadas a la exhibición internacional siempre han tenido que recibir una aprobación técnica, menos conocida que garantice que la imagen es técnicamente competente, es decir que la imagen y el sonido tienen los formatos adecuados y una calidad mínima. Un trámite que se impuso en los tiempos en que las producciones chinas eran productos con facturas menos profesionales.
Y curiosamente fue en este punto en el que quedó estancada la película de Zhang Yimou, según Hollywood Reporter. "Alguien mayor" en el Departamento de Propaganda del partido había visto la imagen de la película y le pareció que su "tema general era inapropiado". No hubo más detalles, así que el director no puedo modificar esos contenidos para superar las trabas del funcionario chino así que no pudo competir en Berlín.
San Sebastián 2021 Día 1: Reencuentro con el cine y el humor con 'Competencia Oficial' y 'Un segundo', la carta de amor al celuloide de Zhang YimouAsí que el director reeditó la película por tercera vez para poder sortear los problemas con la censura y poder estrenar la película en Cannes. Sin embargo, tampoco consiguió la aprobación a tiempo para estrenar en la Croisette. Aunque sí lo logró para estrenar en los cines en China.
Según explican en Hollywood Reporter, esta obsesión por silenciar en festivales internacionales esta película tiene que ver con que en el fondo, lo que muestra Un segundo cuestiona los métodos de la revolución cultural de alguna manera y si el director venciera con su película en un festival internacional los medios internacionales se centrarían en la historia habitualmente censurada de China.
No era la primera vez que el director chino se enfrentaba a la censura. En 1994 Zhang Yimou ganó el premio del jurado del festival de Cannes con drama de época Vivir que no puso estrenarse en cines en China debido a que el gobierno chino consideraba que había una crítica hacia ellos.
La buena noticia es que por fin en España podremos verla en cines, después de su estreno en San Sebastián donde fue la película de apertura, y al fin logró el espacio que se merecía.
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