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    'Las ilusiones perdidas': Qué hay de real en la historia de Honoré Balzac que llega a los cines
    Andrea Zamora
    Andrea Zamora
    -Redactora
    Fan de la fantasía, el ‘thriller’ y la ciencia ficción. Vive entre los muros del Hogwarts, los mundos inventados y las historias de superhéroes.

    El filme, una adaptación de la novela homónima del escritor francés, está dirigido por Xavier Giannoli y protagonizado por Benjamin Voisin.

    En 1842, Honoré de Balzac inició la creación de su obra maestra. Aquella por la que se le recordaría hasta la actualidad. La comedia humana, un título que juega a ser la contraposición de la La Divina Comedia de Dante Alighieri, narra las desventuras de Lucien de Rubempré, un poeta de provincias que busca el éxito en el París del siglo XIX. Con ella, Balzac buscaba describir la sociedad francesa de su tiempo. Dentro de esta serie de relatos está Las ilusiones perdidas, una novela publicada en tres partes entre 1836 y 1843 que anticipó las 'fake news' y para la que el autor se inspiró en sus vivencias. Ahora, esa historia ha pasado del papel a la pantalla.

    Las ilusiones perdidas
    Las ilusiones perdidas
    Fecha de estreno 25 de febrero de 2022 | 2h 30min
    Dirigida por Xavier Giannoli
    Con Benjamin Voisin, Cécile de France, Vincent Lacoste
    Medios
    4,0
    Usuarios
    3,2
    Ver en Amazon Prime Video

    Las ilusiones perdidas, la adaptación cinematográfica de la creación de Balzac, llega este viernes, 25 de febrero, a los cines. Dirigida por Xavier Giannoli, quien descubrió la novela de Balzac cuando tenía 20 años y, tras pasar tiempo "acumulando apuntes, referencias visuales, estudios de críticos marxistas y de estetas raccionarios" se puso en serio con esta adaptación cinematográfica, el filme protagonizado por Benjamin Voisin compitió en el Festival de Venecia y también formó parte de la sección Perlak del Festival de San Sebastián. En ambos cosechó buenas reacciones por parte de la crítica. En SensaCine, después de verla en el certamen italiano, te contamos que es "una de las películas importantes del 2021".

    BALZAC Y RUBEMPRÉ: LAS SIMILITUDES ENTRE EL ESCRITOR Y SU PROTAGONISTA

    La historia de la película, al igual que en la novela de Balzac, sigue a Lucien de Rubempré, un joven poeta de provincias que se enamora de una mujer casada y de clase social alta. Tras ser descubiertos por el marido de ella, huyen a París y allí terceras personas ponen fin a su romance. Después de un tiempo trabajando como camarero, el destino le pone en su camino a un editor que le ofrece un trabajo como crítico literario y columnista, lo que le llevará a ganar fama y dinero. Pero de la misma forma que sube escalones en el éxito, también los bajará de golpe por una serie de acontecimientos le llevarán al fracaso más absoluto.

    "Este tema de la inocencia perdida, del desperdicio de sí mismo, de lo que había de bello y precioso en uno mismo, me toca especialmente", reflexiona Giannoli sobre la historia de la película. "Esa manera insidiosa que tiene una época o un entorno de llevarte a negar tus ideales, tus más bellos valores. Así, el joven poeta idealista de Angulema acabará en París escribiendo anuncios cuando lo que quiere es hacer una obra. Cayó en la trampa del 'todo inmediatamente'. Balzac vio cómo todos estos jóvenes talentos se desperdiciaban".

    Si atendemos a la vida de Balzac, vemos que en ella hay algunas similitudes con la historia que narra Las ilusiones perdidas. Nacido en Tours en 1799, cuando cumplió 20 años se trasladó a París. Allí vivió pobremente mientras escribía. Después de un inicio descorazonador, Balzac conoció al aspirante a escritor Auguste Lepoitevin, con quien inició una asociación literaria que sí le permitió dedicarse de lleno a la literatura.

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    El autor buscaba hacerse rico en el menor tiempo posible y aceptó, entre 1921 y 1829, numerosos encargos de editores sin escrúpulos para los que escribió, bajo pseudónimo o permitiendo que otros firmasen por él, muchas novelas de mala calidad. Ya con dinero, Balzac se involucró en negocios dentro del mundo editorial en los que perdería todos sus ingresos y le obligarían a vivir endeudado el resto de su vida.

    Como cuenta el director de la película: "Durante el período en el que Balzac escribió Las ilusiones perdidas, Marx estaba en las calles de París y Thackeray estaba preparando Barry Lyndon. Uno podría encontrar docenas de otros ejemplos de autores que entendieron que el mundo había entrado, para usar una frase cara a los marxistas: 'en las aguas heladas del cálculo egoísta'. Balzac ve este momento en el que el ser degenera en tener y el tener degenera en aparecer porque relata también la conversión de Francia al capitalismo”.

    No solo la contraposición de una época de ganacias seguida de otra de deudas es algo que tiene en común Balzac con el protagonista de Las ilusiones perdidas, también una relación que el autor mantuvo con Madame de Berny. Ella, una mujer 15 años mayor que él con la que mantuvo relaciones y que le abrió las puertas al mundo parisino, es alguien que concuerda con el amorío inicial del protagonista del filme. Balzac murió en París en 1850 después de una serie de problemas económicos y de salud.

    LAS 'FAKE NEWS' Y LA PRENSA DEL SIGLO XIX

    Uno de los elementos más interesantes de Las ilusiones perdidas es cuando incluye, en el siglo XIX, el periodismo sensacionalista, la invención de algo parecido al 'branded content', las 'fake news' y el uso de los medios para jugar con las opiniones del pueblo. En el filme, el trabajo del protagonista está envenenado de sobornos. Si un cliente paga, la crítica de su obra de teatro es positiva. Si hay miras de ganar dinero con algún escritor en concreto, entonces su libro es bueno. Si los billetes no llegan a las manos de medio, entonces las reacciones son negativas.

    "Surge aquí una cuestión esencial: la de la posibilidad de sentido en el mundo moderno. ¿Qué más tiene significado en un mundo donde todo se evalúa a un valor de mercado? ¿El arte todavía tiene un lugar en un mundo así?", comenta Gionnali. Y me pareció particularmente interesante que estas preguntas se envolvieran en un movimiento del cine, la máquina de ilusiones por excelencia, el espectáculo de la vida... y la muerte".

    Como continúa el realizador: "La prensa comercial es sólo un signo, en La comedia humana, de este gran movimiento de la sociedad hacia el Dios de la ganancia. Es toda una civilización la que se deja llevar y no una simple corporación. Balzac es severo con estos pequeños diarios que parecían pandillas sin ley, dispuestos a monetizar su opinión". 

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