"Es un rollo un poco sectario, pero maravilloso", cuenta Álex de la Iglesia en SensaCine sobre lo que supone para él el género de terror. "Puede estar muy bien o muy mal. Puedo adorarla. Puedo detestarla. Me da igual. ¿Has hecho una película de terror? Te quiero". Y es que, si hay un género que está ligado al director de títulos como Balada triste de trompeta, 30 Monedas y Las brujas de Zugarramurdi es el terror. También su nuevo proyecto lo es. El realizador estrena este viernes, 22 de abril, Veneciafrenia. Con motivo de su llegada a los cines, De la Iglesia y la actriz Ingrid García-Jonsson han visitado SensaCine para hablar sobre la película y otros temas.
Veneciafrenia sigue a un grupo de españoles que viajan hasta la capital del Véneto con el objetivo de visitar la ciudad y pasárselo bien. Con lo que no contaban es que los habitantes de allí están hartos de cómo los turistas tratan su ciudad. Pronto, los protagonistas se encontrarán luchando por su supervivencia. Goize Blanco y Silvia Alonso completan el reparto principal junto a García-Jonsson.
La idea de la película, que es un 'slasher' que rinde homenaje al cine giallo y también habla de la gentrificación, trata sobre "la angustia de ver que su ciudad [la de los venecianos] se está convirtiendo en un cascarón vacío por culpa de los turistas". "Me di cuenta que las cosas que se destruyen y se van corrompiendo en la vida es por un pequeño empujoncito de todos", cuenta De la Iglesia. "Estamos todos diciendo: 'Es horroroso, pero quiero verlo".
El director también ha explicado por qué puede que, cuando vayas a ver Veneciafrenia, te sientas un poco mal tras verla. "El género pantomima o farsa se construye con una situación grotesca e inverosímil, con personajes irracionales y contradictorios, y eso genera una reacción de rechazo en el público porque te descubres a ti mismo como parte de la historia y te sientes un poco avergonzado. Dices: 'Soy uno más".
EL RODAJE EN VENECIA
Al igual que con muchas películas en los últimos años, Veneciafrenia también ha sufrido algunos retrasos en su llegada a las salas de cine. "La película la tenía acabada en octubre, pero me dijeron que iba a ser en abril", afirma De la Iglesia. Y esos meses sirvieron al director para jugar un poco con algunos elementos del filme:
Ya tenía la película en casa. Me la llevé al laboratorio y empecé a jugar con el etalonaje, con los efectos, con la luz... No hice cambios significativos de montaje, pero sí es una de las películas más bonita que he hecho
Pero antes de que la película estuviera terminada, había que rodarla, y Venecia no se lo puso demasiado fácil al equipo de De la Iglesia. "La gente vive Venecia de día, pero no ha experimentado la Venecia nocturna que es algo inhóspita. Fuimos unos privilegiados porque estaba casi vacía", cuenta García-Jonsson. "Es complicada para rodar, pero se dieron las condiciones para poder hacerlo con relativa facilidad".
De la Iglesia ha recordado que moverse de una localización a otra en la ciudad italiana suponía tener que mover unos 15 botes en los que iba todo el equipo del filme. También que tuvieron problemas con los permisos para iluminar las escenas desde los tejados. Hasta que se dieron cuenta de que Tom Cruise estaba también en Venecia rodando Misión: Imposible 7 y le robaron algo de luz al actor.
Estamos todos allí y digo: '¡Eh!, Ahí hay luz'. Veo un rayo de luz. Me dicen: 'Es Tom Cruise", cuenta el director. "Nosotros evitamos la plaza de San Marcos. Él estaba ahí a saco con 108.000 focos. De hecho, es tan listo que tenía botes alrededor de Venecia y, desde ellos, iluminaba la secuencia [...] Y nos íbamos a la esquinita donde había un poquito de luz de Tom
En una de las visitas de Carlos Areces a SensaCine, el actor, que protagonizó Balada Triste de Trompeta, dijo que a De la Iglesia no le importa la integridad de los actores. García-Jonsson, por su parte, no ha tenido la misma experiencia que Areces trabajando con el director: "Yo diría que sí que le preocupa. El último día de rodaje, que teníamos que rodar en la piscina, metió la mano en el agua y estaba congelada y dijo: '¡Aquí no se puede rodar!". No obstante, la actriz reconoce que es inevitable no hacerse daño en una película tan física como Veneciafrenia. "A veces hay que apretarnos. No se dan las condiciones para rodar, pero hay que sacar las películas adelante".
Pese a los problemas que pueden existir en un rodaje, tanto De la iglesia como para García-Jonsson no cambiarían hacer películas por nada. "Me parece el mejor trabajo del mundo", cuenta la actriz. "El cine nos da unas oportunidad es que no sé qué otro trabajo da".
"Me pasa lo mismo. Lo que pasa que llevo 35 años haciéndolo", añade el director. "La vida es lo que no tiene sentido. La vida es una cosa desorganizada, injusta, problemática, con momentos de brillantez que iluminan el resto. El cine es todo lo contrario. Fundamentalmente, es un lugar en el que generas una especie de mundo acorde a tus deseos y necesidades. Con la posibilidad de transformar el suelo, la mesa, el color de pelo de esta mujer, su relación con otros... No existe nada igual. Eso es la creación, pero al margen tienes las relaciones, que es como si todos los pintores estuvieran pintando un cuadro [...] En el cine somos creativos pintando el mismo cuadro".
30 AÑOS DE 'ACCIÓN MUTANTE' Y LA IDEA DE ABRIR UN CINE
Acción mutante, el primer largometraje de De la iglesia, cumple 30 años en 2023. El filme, con Antonio Resines, Álex Angulo y Karra Elejalde, entre otros; se estrenó en cines en 1992. "Me encantaría poder volverla a hacer", ha dicho el director. Y eso que fue su primer rodaje y las cosas se complicaron. "Lo recuerdo como estar en una guerra, en Vietnam, pero al mismo tiempo como el mejor momento de la vida. Cada día era como un año de vida normal".
Pedro Almodóvar y Agustín Almodóvar fueron productores de la película. "Le debo la vida a Almodóvar, que confió en mí porque está loco", afirma De la Iglesia. "Me decía: 'Eres muy malo, pero ahí debajo hay un director".
Por otro lado, De la Iglesia también ha hablado sobre una idea que tiene con Enrique Lavigne, productor de La abuela: abrir un cine -probablemente en Madrid- que convierta el visionado de las películas en un espectáculo.
"Es una broma que teníamos Enrique y yo de montar un cine y estrenar nuestras propias películas. Una idea absolutamente loqusíma que le habíamos estado dando vueltas: que una película solo se puede ver en un cine". Para que se proyecte en él, un requisito: "que sea un puto escándalo".
Algunos ejemplos que ha puesto el director son: "Montar shows, ir a un estreno y cerrar la calle, el público que desaparece, sacas al bufón en el estreno de Veneciafrenia...". Como concluye De la Iglesia. "Hay que pensar estrategias y convertir el cine en un espectáculo".
Si quieres estar al día y recibir los estrenos en tu email, apúntate a la Newsletter de SensaCine
