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    George R.R. Martin odia los 'selfies'

    El autor de la saga en la que se basa 'Juego de tronos' habla sobre la fama en la Feria Internacional del Libro de Edimburgo.

    George R.R. Martin odia los 'selfies'. Así lo ha confesado el autor de la saga de novelas en las que se basa Juego de tronos en una interesante y extensa entrevista concedida a 'The Guardian' durante su visita a la Feria Internacional del Libro celebrada en Edimburgo. Aunque la primera novela de Canción de hielo y fuego fue publicada en 1996, el famoso escritor estadounidense se ha convertido en una auténtica 'celebrity' conocida internacionalmente desde el lanzamiento de la exitosa serie de HBO y, aunque está encantado con el gran éxito de su obra, siente que la fama ha cambiado su vida por completo.

    "No usaría la palabra shock, pero sí, parece irreal en algunos momentos. Me olvido constantemente de que mi vida ha cambiado por completo. Creo que Rowling [la autora de Harry Potter] fue un caso distinto porque eran sus primeros libros. Yo he pasado 20 años escribiendo libros de fantasía y ciencia ficción que han ido bien, pero no como esto. Y hay una parte de mi que asume inconscientemente que sigo siendo esa persona y que puedo llevar esa vida. Y entonces se me recuerda que no puedo porque Juego de tronos se ha convertido en todo un fenómeno y que me he convertido en una celebrity. Hay cosas buenas en ello y otras no tan buenas", señala George R.R. Martin.

    Según el autor, lo más negativo de ser un escritor famoso es el hecho de perder la privacidad y que ésta comience a estar fuera de control. Martin añora los tiempos en que podía acudir a eventos y convenciones y disfrutar de sus actividades siendo reconocido únicamente por algunas personas: "Estaba feliz de firmarles un autógrafo. Ahora tres o cuatro personas me reconocen a cada paso. No puedo salir; no puedo pasear por la calle. Y es maravilloso tener a todos estos lectores y fans que, en su mayoría, son buena gente diciendo que adoran los libros y la serie. Pero son muchos y sencillamente no tiene fin. Ah, ¡y los 'selfies'! Si pudiera dar una palmada y quemar todas las cámaras de móvil del mundo, juro que lo haría".

    Otro de los aspectos negativos de ser reconocido en todas partes son las presiones respecto a cuándo terminará su obra: "Mis editores quieren el [próximo] libro, también HBO, también mis lectores. Y nadie lo quiere más de lo que yo lo quiero. Pero, cuando sopeso esa presión, tengo que ser consciente de que los libros son lo que finalmente será juzgado. Si las novelas siguen siendo leídas dentro de 50 años, nadie va a decir: 'Lo que es genial del sexto libro es que cumplió su fecha límite".

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