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    [Videoanálisis] 'MINDHUNTER': David Fincher ahonda (con éxito) en su retrato del germen de la maldad humana

    La primera temporada de la serie ya está disponible en Netflix.

    David Fincher y los 'serial killers'

    La primera vez que David Fincher ahondó en la mentalidad de los conocidos como serial killers –no confundir con psycho killers, aunque una cosa no excluye necesariamente la otra- lo hizo a través de un asesino brutal, metódico y afilado, sádico e inteligente, y lo retrató desde el lado de los que tenían que darle caza. La paradójica dicotomía de los detectives Mills y Somerset, un joven visceral y un veterano desencantado, acababa por estrellarse ante la esencia bruta de la maldad: John Doe, el asesino de los pecados capitales, no sólo iba siempre un par de pasos por delante de los policías, sino que además acababa ganándoles la partida en un último toque de efecto demoledor. Seven (1995) es, sin duda, todo un hit del cine criminal moderno: una cinta angustiosa y desesperada donde Fincher demostraba que él también andaba un par de pasos por delante del espectador. Su retrato del mal era aterrador: John Doe (Juan Nadie) era un hombre sin atributos, sin moral ni piedad, sin pasado y sin futuro, un abismo al que asomarse. Más allá de lo horrendo de sus actos, lo realmente terrorífico era enfrentarse a alguien cuya maldad era inescrutable.

    Años más tarde Fincher repitió (sub)género con la magistral Zodiac (2007), donde un periodista y un inspector de policía trataban de dar caza al "Asesino del Zodíaco" -aquí se trataba de un criminal real que acabó con la vida (según confesión por carta) de 37 personas y del que aún se desconoce la identidad- y acababan perdiéndose en un laberinto de pistas falsas donde primaba la obsesión de los cazadores por delante del retrato del asesino en sí, al ser este una figura tan escurridiza como inconcreta. El mal, de nuevo, era tan ininteligible como imprevisible, un ente sin rostro y cuya huella son un puñado de cadáveres a los que nadie pudo dar justicia. Por eso Zodiac es un thriller a contracorriente –siguiendo el patrón de El cebo (1958) de Ladislao Vajda- donde, por encima de todo, nos dice que el mal es imposible de aprehender; y que, al igual que en Seven, nos recuerda que en la ficción, como en la vida real, los finales no siempre son felices. Por eso también películas posteriores de Fincher como Los hombres que no amaban a las mujeres (2011) o Perdida (2014), con todos sus aciertos (que son muchos), son más fáciles de deglutir: en ellas la maldad es algo concreto y definido, ya sea como un hombre psicópata que disfruta asesinando mujeres o como una mujer desequilibrada que disfruta tejiendo tramas pesadillescas alrededor de los hombres que entran en su vida.

    Netflix

    Cuestión de autoría

    Con esto de las series uno siempre se hace un lío con respecto a la autoría de las mismas. Si bien hay creadores y showrunners que ejercen un control absoluto sobre el producto aunque nunca como realizadores -pienso, por ejemplo, en David Simon (The Wire, 2002) o Charlie Brooker (Black Mirror, 2011)-, también los hay que sin ser los creadores son los responsables de dirigir todos los capítulos dejando un sello indeleble en ellos -caso de Steven Soderbergh en The Knick (2011) o Cary Joji Fukunaga en la primera de True Detective (2014)- y luego están autores absolutos (los más difíciles de ver) que se encargan absolutamente de todo, como David Lynch en la última y sublime temporada de Twin Peaks (2017).

    Por eso hay que aclarar que David Fincher no es el creador de MINDHUNTER, sino el guionista Joe Penhall que, hasta ahora, básicamente era conocido por ser el hombre que adaptó la novela de Cormac McCarthy La carretera en la película homónima que dirigiera John Hillcoat en 2009. Penhall ha sido el responsable de adaptar para Netflix el libro Mindhunter: Inside FBI’s Elite Serial Crime Unit del ex inspector del FBI John E. Douglas, basado en sus propias entrevistas con asesinos en serie que sirvieron, por primera vez en la historia de la policía norteamericana, para elaborar perfiles psicológicos de dichos criminales. Su trabajo es realmente asombroso y, entre sus entrevistados, hay algunos de los serial killers más tristemente famosos de la historia moderna: Charles Manson, Ted Bundy y Ed Gein -en la serie, por el momento, han aparecido Edmund Kemper, Monte Risell, Jerry Brudos y Richard Speck-. Fincher, que ha sido el máximo responsable de la promoción de la cinta, figura como productor ejecutivo y ha dirigido los dos primeros y los dos últimos capítulos de la misma. Y, aun así, es indudable que MINDHUNTER en un producto 100% Fincher, y eso que entre los otros directores de la serie hay nombres de la talla de Asif Kapadia –ganador del Oscar por Amy (2016)- o Tobias Lindhom –el hombre detrás del guion de La caza (2012)-, ya no sólo porque su relato tiene como epicentro el thriller criminal, sino porque ahonda, una vez más, en la búsqueda del retrato del mal, esta vez de forma prácticamente empírica.

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