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    'Muñeca rusa': La moda del 'día de la marmota' con muertes cada vez más locas

    La nueva serie de Netflix aborda la repetición del mismo día una y otra vez con cambios clave que explican ese final.

    En 1993 se estrenaba un cinta de esas que crean escuela, Atrapado en el tiempoLa historia de Harold Ramis se centraba en el personaje de Phil, un meteorólogo que revive el mismo día una y otra vez, el conocido como 'día de la marmota'. A partir de esta idea de alguien encerrado en un momento concreto del tiempo del que, a priori, es incapaz de salir, han surgido muchos proyectos similares, con mayor o menor éxito.

    Hace apenas dos años se estrenaba Feliz día de tu muerte, una cinta que partía de la premisa de que la protagonista moría el día de su cumpleaños a manos de un desconocido. En ese momento el tiempo se paraba y la joven volvía a despertar esa misma mañana siendo la única que recordaba lo sucedido y por ello, la única capaz de evitar su propio fallecimiento. Esta lucha por sobrevivir llevaba a la joven a revivir su día modificando distintos aspectos de su jornada provocando así una locura divertidísima. 

    Partiendo una vez más de esta idea, llega Muñeca rusa a Netflix, una serie de apenas ocho episodios en los que la protagonista muere de las formas más locas posibles, mientras lucha por encontrar una solución a su nueva situación y una explicación que calme su mente y espíritu. 

    Un viaje al interior de uno mismo

    Aunque Russian Doll parte de la misma premisa que las anteriores el abordaje de la misma es muy distinto. Uno de los giros principales de la serie llega a la mitad cuando la protagonista, Nadia (Natasha Lyonne), conoce a Alan (Charlie Barnett), alguien que se encuentra en la misma situación que ella. Sí, este joven también ha muerto varias veces para regresar siempre al mismo punto, aunque en lugar de ser el baño de su casa durante su fiesta de cumpleaños es su baño una mañana cualquiera. En realidad no, Alan no retrocede a un momento cualquiera, si no al día en el que su novia, a la que va a pedir matrimonio, le deja. 

    En ese momento la serie se adentra en la psique de ambos personajes para ayudarles a descubrir por qué les está pasando esto, por qué solo les ocurre a ellos. Por un lado descubrimos que ella tiene traumas infantiles provocados por la muerte de su madre después de que le fuese retirada su custodia. Es por ello que la joven Nadia se culpa del destino de su madre y la adulta paga las consecuencias. Perdonarse y entenderse a sí misma será su llave para avanzar, y en ese camino ayuda a Alan, cuya primera muerte no fue accidental si no un suicidio. 

    En el caso del personaje de Barnett, su historia en Muñeca rusa le permite comprender lo que ha hecho mal en cuanto a su relación sentimental y aceptar que su novia ya no le quiere y no es feliz junto a él. Ese momento de estar en paz consigo mismo será la clave de la temporada. Por este motivo la serie va más allá de sus predecesoras al profundizar de verdad en la mente y el alma de los protagonistas. 

    Una nueva muerte, una nueva desaparición

    Antes de analizar el final de Russian Doll conviene detenerse en las desapariciones. Al principio parece que morir y reiniciar el día no cambia el entorno de los protagonistas, pero pronto nos damos cuenta de que conforme la historia avanza desaparecen cosas y personas de sus vidas. En el caso de Nadia, su fiesta de cumpleaños se va vaciando más y más hasta que solo queda Maxine (Greta Lee), la organizadora de la fiesta y una de sus mejores amigas -también desaparece su gato desde el principio-. En el de Alan son otros detalles como el anillo de pedida de matrimonio o su pez. 

    De esta forma la serie trata de mostrar que sí hay consecuencias en las muertes, que la solución no es seguir muriendo sin preocuparse por nada si no encontrar la respuesta a por qué sucede eso, y solucionarlo. Además, las frutas y plantas que aparecen en la serie se van pudriendo más y más en cada nueva vida, algo que parece pasar inadvertido por todos menos por los protagonistas. 

    Dos líneas temporales 

    Si aún no has visto el final de Muñeca rusa es mejor que lo hagas antes de seguir leyendo. El final de la serie llega cargado de intriga y es que sí, Nadia y Alan consiguen perdonarse y entenderse, es decir, realizan un viaje cual 'matrioska' en su interior sacando piezas y más piezas hasta que todo se termina. O no. 

    Una vez conseguido el paso número uno ambos se dan cuenta de que sus respectivas soluciones, es decir, evitar su primera muerte, solo les aleja y les sitúa en dos líneas temporales distintas. Una en la que Alan recuerda las muertes y encuentra a una Nadia que no le conoce ni ha vivido nada junto a él; y otra en la que es Nadia la que recuerda todo y Alan permanece ajeno a todo y solo está centrado en la ruptura con su novia. Será entonces cuando deberán ayudarse mutuamente a sobrevivir, conseguir que todo lo aprendido tenga una aplicación real. 

    La clave del final, esa que nos deja sin palabras y expectantes ante una segunda temporada que todo apunta que tendrá, es el cruce de ambas líneas. No saber cuál es la verdadera, cuál veremos en los siguientes episodios y si ambas se unirán, es decir, si en algún momento las versiones de Alan y Nadia que recuerdan todas las muertes se encontrarán, es una de las cuestiones más intrigantes de la serie. ¿Teorías? 

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