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    "¿Tú también la veías?": 'La familia crece', el anime que cambió mi forma de consumir series

    La adaptación a la pequeña pantalla del manga 'Marmalade Boy', de Wataru Yoshizumi, se emitió en España de 1998 a 2000, en La 2 de TVE.

    Una tarde cualquiera de 1998. Mis tostadas de Nocilla de dos sabores, de tomate con aceite o mi bocadillo de lo que hubiera en la nevera... sentada en el sofá de mi casa, con mi hermano mediano, lista para disfrutar de mi nueva serie favorita: La familia crece. Sí, sí, no hagas como si nunca la hubieras visto. Sé que eran muchos los preadolescentes de finales de los años 90 reacios a admitir que eran fans de este maravilloso anime. Y digo esto, porque yo misma era una de las que me avergonzaba de reconocer que cada tarde, de lunes a viernes, veía esta serie de animación. Creía que por estar en 2º de la E.S.O. ya no podía ver este tipo de ficciones. ¡Qué tontería tenía!

    Recuerdo, como si fuera ayer, cuando mi compañera de mesa -en plena clase de Ciencias Naturales-, mediante una 'notita', me dijo que se había enganchado a una nueva serie que ponían cada tarde en La 2 de TVE. En la 'notita' me contaba que "era sobre una chica que se enamoraba de su hermano". Cuando leí eso, se me iluminó la mirada. Pensé: '¡No soy la única de mi clase que ve La familia crece!'. Después de confesarnos mutuamente que estábamos enganchadísimas a la historia de Miki y Yuu, varias compañeras y compañeros se animaron a admitir que ellos tampoco se perdían ningún capítulo.

    No era el primer anime que veía, claro que no. Era muy fan de ficciones japonesas como Sailor Moon, Dos fuera de serie, Oliver y BenjiChicho Terremoto y La panda de Julia, y alguna más que se me olvida, seguro. Pero me atrevería a decir que La familia crece fue una de las primeras series que generó en mí esa necesidad imperiosa de comentarla con mis amigas, de especular sobre la trama, de 'shippear' a una pareja, Miki y Yuu, los dos protagonistas. Y no es para menos, porque La familia crece, inspirada en el manga Marmalade Boy, de la japonesa Wataru Yoshizumi, era un auténtico culebrón. Un culebrón cuyo primer episodio terminaba con un 'cliffhanger' comparable, me atrevería a decir, con el final de temporada de cualquier serie de éxito de los últimos años. Miki y Yuu, los dos protagonistas, ¡se besaban! Sí, sí. En el primer capítulo. Yo, con mis 13 años, en plena pubertad... ya os podéis imaginar todas las fantasías ñoñas que pasaron por mi cabeza... '¿Es tan fácil que el chico que te gusta te bese? ¿Así, sin más?'. No tardaría en darme de bruces con la realidad.

    Reconozco que para escribir este texto no me he podido resistir a volver a ver ese primer episodio de la que sería una de mis series favoritas, a finales de los 90 y principios de los 2000. Y he de decir que me he reído mucho al revivir ese momento en el que los padres de Miki, la joven protagonista de 16 años, le dicen no sólo que se van a divorciar, sino que van a hacer un intercambio de parejas con los Matsuura, un matrimonio, al que supuestamente conocen durante sus vacaciones en Hawái. Ante el asombro de Miki, que no comprende por qué sus padres han tomado esa decisión, sus padres intentan animarla diciéndole que han comprado una nueva casa en la que van a vivir las dos familias juntas, para no trastocar su día a día. Lejos de tranquilizarla, esta medida enfurece aún más a la adolescente. Aunque sigue sin comprender nada de lo que ocurre, cuando conoce al hijo de los Matsuura, Yuu, con el que también va a compartir hogar, parece ver la luz al final del túnel.

    Este era sólo el inicio de la historia de Miki y Yuu, dos jóvenes cuyas vidas se cruzan por capricho del destino; dos adolescentes que van a experimentar cómo su gran amistad deriva en el amor más puro, en un amor que está por encima de todo, incluso cuando sospechan que ambos podrían ser hermanos de sangre. Amores, desamores, triángulos amorosos, relaciones imposibles entre alumnas y profesores, traiciones... Estos son los pilares de esta 'telenovela' nipona que, pese a pertenecer a ese subgénero del manga denominado 'shōjo', destinado al público femenino, consiguió meterse en el bolsillo a gran parte de las niñas y niños de entre diez y 15 años a finales de los 90.

    La razón principal por la que esta serie conseguía engancharte era, obviamente, la historia de Miki y Yuu. Sin embargo, es indudable que los personajes secundarios también tenían un gran peso en la historia. Es más, algún fan que otro se emocionaba más con las historias de otras parejas que con la de los protagonistas, como la de Ginta, el mejor amigo de Miki y su amor platónico, y Arimi, esa chica de pelo verde azulado que está enamorada de Yuu y que se une a Ginta para intentar evitar que la relación de Miki y Yuu prospere. Luego estaba Meiko, la mejor amiga de Miki, que mantenía una relación con el profesor Namura. Y seguimos con Kei, el chico de pelo verdoso y compañero de Miki en la heladería, que se enamoró de ella nada más verla. O Michael, el joven americano que viaja de intercambio a casa de Miki. O Jenny, una de las compañeras de clase de Yuu en Nueva York. ¿Los recuerdas a todos?

    Pero había otro motivo que generaba en mí ese ansia por ver el siguiente capítulo. Al final de cada episodio había un breve avance de lo que iba a pasar en el siguiente. Y, no sé si a ti te pasaba, pero eso me generaba una ansiedad... Si se emitiera hoy en alguna de las plataformas de 'streaming', estoy convencida de que me vería la serie entera en una semana.

    Así empezó todo

    El primer número de Marmalade Boy se publicó en la revista japonesa Ribon Magazine, en mayo de 1992. Tal fue su éxito entre los lectores de la publicación, que dos años más tarde, en 1994, el estudio de animación nipón Toei Animation puso en marcha su adaptación a la pequeña pantalla. El anime se estrenaba en la cadena privada del país TV Asahi el 13 de marzo de 1994. Tras 76 episodios, la ficción se despedía el 3 de septiembre de 1995.

    Para verla en España, como suele ser la tónica habitual, tuvimos que esperar hasta 1998 para ver en nuestros televisiores La familia crece, título con el que se estrenó en La 2 de TVE. No lo recuerdo muy bien, pero creo que su lanzamiento coincidiría con el inicio del curso escolar, en septiembre. Sin duda, uno de los mejores meses para estrenar un nuevo producto y conseguir fidelizar a los espectadores. En nuestro país, la serie diría adiós para siempre en el año 2000.

    Pero, curiosamente, la historia de Miki y Yuu no terminaba con ese capítulo final titulado 'La despedida. Al final el amor siempre gana'. En él, por fin, los dos protagonistas, ante las atentas miradas de sus padres, confesaban que estaban enamorados; que no podían vivir el uno sin el otro. En 1995 se estrenaba Marmalade Boy Movie. Pero no, no es la película de La familia crece. Es algo así como el capítulo 0. Un episodio de poco más de 20 minutos, a modo de precuela, narrado desde el punto de vista de Yuu y creado con el propósito de que los fans comprendiéramos qué llevó a Yuu a besar a Miki.

    La secuela con la que siempre soñé

    Espera, espera, que hay más. ¿Sabías que La familia crece tiene secuela? Sí, como lees. Dieciocho años después de la publicación del último número de Marmalade Boy, en 2013, su autora Wataru Yoshizumi decidía continuar con la historia y publicaba Marmalade Boy Little. Este nuevo manga, compuesto por un total de siete volúmenes, aunque muestra cómo es la vida de los ya adultos Miki y Yuu, se centra en las aventuras de los hermanos pequeños de ambos, Rikka y Saku. ¿Recordáis que las madres de los dos protagonistas anunciaban sus respectivos embarazos en los últimos minutos del anime original?

    Como no podía ser de otra manera, después de enterarse de que no son hermanos realmente, y descubrir la historia real por la que sus padres viven todos bajo el mismo techo, Saku empieza a sentir algo más que ese simple cariño fraternal por Rikka. A partir de este momento, ambos van a revivir, a su manera, la historia con la que sus hermanos conquistaron a miles de lectores y espectadores en todo el mundo.

    Por el momento -y digo por el momento porque sueño con ello desde que me he enterado de su existencia-, no hay confirmación de que vaya a desarrollarse una adaptación a la pequeña pantalla de Marmalade Boy Little. Así que, si queremos saber cómo es la vida de Miki y Yuu 13 años después, a los fans de antaño de La familia crece, que ahora rozamos la treintena y hasta la cuarentena, sólo nos queda acercarnos a la tienda de cómics más cercana y comprar el primer número de Marmalade Boy Little. Bueno... También cruzar los dedos para que algún nostálgico con corazón ponga en marcha el anime, que yo por supuesto no me voy a perder -aunque sea con la excusa de verlo para hacer compañía a mis hijos. Y tú, qué me dices, ¿recuerdas tus tardes delante del televisor deseando ver un nuevo episodio de La familia crece? ¿Te animarías a ver su continuación o sería 'too much'?

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