¿Qué mejor forma de dar la bienvenida al nuevo año que con la nueva serie de los creadores de Sherlock Steven Moffat y Mark Gatiss? Drácula, la esperada y original -a pesar de enésima- adaptación de la famosa novela homónima de Bram Stoker, está disponible en la plataforma de 'streaming' Netflix -que se encarga de su distribución internacional- desde el pasado 4 de enero y apenas ha necesitado de una semana para meterse en el bolsillo a los espectadores.
Con un formato que claramente imita al de de su aclamadísima Sherlock -una primera temporada de tres episodios de 1 hora y 30 minutos de duración- y protagonizada por Claes Bang en la piel de Drácula, la serie sigue al icónico personaje desde sus orígenes en la Europa del Este hasta sus batallas con la descendencia de Van Helsing en Londres. Según la descripción oficial de la ficción, en la serie que ya tienes disponible al completo en Netflix la leyenda del Conde Drácula se transforma por completo a través de nuevas historias que profundizan en los macabros y sangrientos crímenes del protagonistas al tiempo que sacan a la superficie su vulnerabilidad.
En la videocrítica, que puedes ver sobre estas líneas, Alejandro G. Calvo alaba la forma en que, una vez más, el tándem formado por Moffat y Gatiss, "coge el material original, es respetuoso con él y, a base de saber perderle el respeto con originalidad, enriquece la historia". Tal y como supieron hacer con el Sherlock de Arthur Conan Doyle, trasladando a Sherlock y Watson a la contemporaneidad.
Los tres episodios de la nueva Drácula ya están disponibles al completo en Netflix.
