Restaura viejas camionetas, remodela casas, ha practicado artes marciales mixtas y es capaz de derrotar a toda una fila de chicos con un peso superior al suyo. Así es Sydney Sweeney, la joven que, además, se ha llevado todo el protagonismo en la segunda temporada de Euphoria y nos ha regalado varias lecciones de interpretación. En la vida real, no tiene nada que ver con esa inocente Cassie de Euphoria que trata de encajar en un mundo demasiado hostil para sus propias inseguridades y miedos.
"No había nada de la industria del entretenimiento en Spokane, Washington, donde crecí. Cuando tenía 12 años, una película llegó a la ciudad de manera aleatoria y rogué a mis padres que me dejaran hacer una audición. Incluso creé una presentación de un plan de negocios a 5 años vista de lo que podría pasar en mi vida si lo hiciera. Terminé consiguiendo el papel". Así es como comenzó la actriz su carrera en el mundo de la actuación, según cuenta a Marie Claire. Es un ejemplo claro que, a diferencia de su personaje en Euphoria, ella no tiene miedo de ser como es. Se conoce muy bien y sabe cuáles son los límites que no quiere traspasar.
Hace unos días saltaba la noticia de que había pedido recortar desnudos innecesarios para su personaje en la ficción de Sam Levinson. "Hay momentos en los que se suponía que Cassie iba a estar sin camiseta, y yo le decía a Sam: 'Realmente no creo que eso sea necesario aquí'. Él decía: 'Vale, no lo necesitamos'. Nunca he sentido que Sam me haya presionado o que estuviera intentando meter una escena de desnudo. Cuando no quise hacerlo, no me obligó", cuenta a The Independent.
'Euphoria': Esta actriz pidió recortar escenas de desnudo “innecesarias”Su madre es abogada y su padre trabaja en el campo médico, por lo que cuando Sweeney les dijo que quería probar como actriz, lo vieron como un plan algo alejado de la realidad. Sin embargo, ella estaba convencida y terminaron cambiando de opinión para apoyarla en su objetivo. Se mudaron a Seattle, Portland y, finalmente, Los Angeles con la única razón de ayudarla a ser intérprete. Cuando llegó a la meca del cine estadounidense solo tenía 14 años. "Entendí muy pronto la importancia de manejarte en una habitación con hombres adultos", cuenta en una entrevista con Build.
Su primer papel fue en la comedia de bajo presupuesto ZMD: Zombies of Mass Destruction. Era 2009 y, desde entonces, ha encadenado varios proyectos por año hasta dar el pelotazo de la mano de Sam Levinson en la ficción de HBO Max. Antes de eso, ya hubo quien la descubrió en Todo es una mierda, El cuento de la criada y Heridas abiertas. Ahora es su momento, después de haber dado vida a la descarnada Olivia Mossbacher en The White Lotus y tras haber ganado el puesto que le correspondía en Euphoria. Para muchos, es una clara ganadora para los próximos Emmy y la actriz del momento.
En el terreno profesional, por tanto, todo bien. Y en lo personal, ¿cómo es Sydney Sweeney? Criada en el estado de Washington, Sweeney ha llevado una vida muy alejada del deslumbrante Hollywood, lo que explica que no sea una estrella al uso. Aficionada a la restauración de coches, puede pasarse horas trabajando en su coche soñado -un Ford Bronco de 1969 al que incluso ha abierto un canal de TikTok llamado @syds_garage-. También ha practicado artes marciales mixtas y, como cuenta a Marie Claire, fue capaz de acabar con todo un grupo de chicos que pesaban más que ella y que habían cometido el error de infravalorarla.
En su infancia, remodeló varias casas con su familia y, ahora que es adulta, ha vuelto a hacerlo junto a sus amigos. Se reconoce adicta a los programas de reformas y a la aplicación Houzz, que te da ideas para redecorar diferentes habitaciones. También ha heredado de su familia su afición a las máquinas de pinball y tiene varias en su apartamento. Entre sus joyas hay una de los 70 de temática Playboy.
Nacida el 12 de septiembre de 1997, actualmente tiene 24 años y todas las cualidades para ser la gran estrella de Holywood de los próximos años. Ella aporta su talento natural, pero también su esfuerzo e involucración en cada papel. Para cada nuevo personaje, construye un diario de fotografías y recuerdos que le ayudan a construir su identidad. "Los hago desde el día que nacen hasta la primera página del guion", confiesa Sweeney. El público, por su parte, la ha recibido con los brazos abiertos y está dispuesto a verla en pantalla durante mucho más tiempo.
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