Sin piel

En su momento, a mediados de los años 90, el segundo largometraje del italiano Alessandro D'Alatri conectó muy bien con los espectadores; por ejemplo, fue galardonado con el Premio del Público en el Festival de Locarno. No cuesta imaginar por qué se produjo esa conexión con la audiencia, dado que su propuesta dramática, a la vez que propone una historia enigmática como es la vigilancia que un admirador secreto mantiene sobre una humilde empleada de Correos casada y con un hijo, se mantiene siempre cercano y comprensivo con todos los personajes.Ella es la siempre magnética Anna Galiena, aquí realizando una interpretación naturalista e incluso intentando revestir de intrascendencia mundana su belleza. Pero eso no engaña a su acosador, el inofensivo Saverio (Kim Rossi Stuart), un joven depresivo e inestable mentalmente al que ella y su marido intentarán ayudar. El problema es que a partir d