Crítica de SensaCine.com para The Ground truth : after the killing ends: Entrenados para matar

La tesis de este documental sobre los soldados norteamericanos que ha combatido en la guerra de Irak es simple y clara: no los enviaron allí para luchar contra el terrorismo o defender a su país sino a matar. Patricia Foulkrod construye su argumentación a partir de los testimonios de docenas de combatientes que explican todo el proceso en que se han visto involucrados, desde el reclutamiento a la vida en el campo de batalla hasta la dificultosa reinserción a la vida civil, sobre todo cuando la mayoría de ellos vuelven heridos física y/o psicológicamente.

La película no intenta explicar los motivos del conflicto ni sacar a la luz ningún episodio ominoso. Mucho más importante, sí pone en evidencia un sistema estructural basado en que el primer objetivo de los soldados sea matar. Matar a quien sea: atropellar niños que se ponen delante de un tanque, disparar a mujeres con velo que llevaban una bandera blanca en las manos, acribillar a una familia dentro de un coche. Foulkrod prescinde de cualquier voz en off, de datos estadísticos e incluso de testimonios ajenos al ejército. De esta manera son los propios soldados quienes expresan las razones del no a esta guerra. Y lo hacen desde posturas que en la mayoría de los casos no podrían considerarse en absoluto antibelicistas.

"The Ground Truth" no descubrirá nada nuevo a quienes ya tenían claras sus objeciones a la guerra de Irak. La opción de otorgarle toda la voz a los soldados parece tener como objetivo dirigirse, de tú a tú, a quienes siguen considerando que aquello fue una guerra patriótica y que la imagen heroica que dan del ejército reclutadores y propaganda oficial es cierta.

A favor: La fuerza, no solo humana, de los testimonios.

En contra: El desaprovechamiento del potentísimo material de archivo que incluye el film.