Chrysalis

Julien Leclercq debuta con solvencia en el largometraje, sin resultar nada nuevo bajo el sol, con este cruce entre ciencia-ficción y thriller deudor de unos cuantos títulos emblemáticos previos. Ambientada en la París de la segunda década de los 2000, el protagonista es un teniente de policía recién reincorporado a su puesto que investiga, entre otras cosas, el asesinato de su esposa. Durante las pesquisas va a parar a una extraña clínica privada en la que injertan (o extraen) recuerdos en el cerebro. Desde La naranja mecánica a Desafío total pasando por Blade Runner, Ghost in the Shell u Olvídate de mí, el mayor inconveniente de Chrysalis es precisamente su falta de personalidad, una identidad en exceso atravesada por la memoria de títulos precedentes y, por consiguiente, su falta de sustancia y alma propia. No obstante, se desarrolla con corrección y nos mantiene interesados en la buta