Mi novio es un ladrón

Henry es un joven agente del FBI que ha pasado dos años en el extranjero. Al regresar, se encuentra con que su madre Marty, esa señora obesa y retraída que no salía de casa, se ha convertido en una mujer atractiva a la que los hombres piropean. Henry no lo lleva nada bien, por mucho que su prometida Emily le anime a aceptarlo, pero lo peor llega cuando Marty se enamora de Tommy. Siguiendo órdenes de su jefe, Henry deberá investigar a un ladrón de arte que resulta ser el nuevo novio de su madre.

"Mi novio es un ladrón" supone el reencuentro de dos géneros: la comedia romántica y el cine de ladrones de guante blanco. Su director y guionista, el popular George Gallo, la asemeja a "Con la muerte en los talones" y, no es de extrañar, si tenemos en cuenta que en la cinta hay un criminal sofisticado y atractivo que se replantea su vida cuando se enamora de una bella mujer. El autor de la historia de "Dos policías rebeldes" y realizador de títulos como "Calle 29" o "Local color", firma una divertida película que habla de la relación madre-hijo, la ocultación de secretos y las segundas oportunidades.

Meg Ryan vuelve a la comedia, el género en el que se siente más cómoda, después de probar papeles más dramáticos en "Entre mujeres" y "Contra las cuerdas". Su enamorado en la ficción es Antonio Banderas (La leyenda del Zorro), últimamente más volcado en su labor como director (El camino de los ingleses). El encargado de dar vida al preocupado Henry es Colin Hanks, co-protagonista de "Rastro oculto" y "King Kong". Completa el reparto, Selma Blair, a la que veremos en la segunda parte de "Hellboy".