Tu rebaño se ha comido a mi novio
por Eulàlia IglesiasLa ópera prima de Jonathan King es una divertida muestra de ese terror cómico neozelandés que practicaba Peter Jackson al inicio de su carrera, antes de convertirse al (soporífero) dogma tolkiniano. Al estilo de 'Braindead, tu madre se ha comido a mi perro', King mezcla gore y humor en esta historia sobre unas ovejas infectadas a causa de un experimento genético que causan el terror en algún paraje de la isla oceánica. El director aprovecha para burlarse de una de las principales fuentes de riqueza en Nueva Zelanda (la película lleva al paroxismo tanto la fobia como la filia a los ovinos), los radicales medioambientalistas, los científicos que abusan de los animales y los prejuicios entre aborígenes y anglosajones, preconizando una especie de nueva raza mutante entre humanos y lanudos. El despropósito del argumento y su falta de ambiciones juegan a favor de una película a la que le cuesta aguantar la firmeza cómica hasta el final
A favor: El inesperado potencial cómico de las ovejas.
En contra: Pero el humor ovino no da para tanto.