Crítica de SensaCine.com para Parking 2: No olvide el número y planta de su plaza

Con 'Alta tensión' (2003), Alexandre Aja demostró que conocía al dedillo todos los resortes y recursos gramaticales del género slasher, ofreciendo uno de los ejemplos más rotundos y canónicos (pese al forzado giro deslegitimizador final) de la fórmula. En 'Parking 2' el cineasta francés ejerce como productor y guionista, dejándole la silla de director al debutante Franck Khalfoun, quien, aunque realiza un trabajo formal competente, evidencia tener un músculo menos entrenado para jugar con la tensión atmosférica y la salvajada explícita que su mentor.

La línea argumental del film está limpiamente desnuda desde el principio: Rachel Nichols es una chica atrapada en el aparcamiento subterráneo del edificio de oficinas de su trabajo durante Nochebuena. Su única compañía es el guarda de seguridad interpretado por Wes Bentley, que no tarda en negar cualquier ambigüedad narrativa y se revela como perturbado psicópata (mucho menos suelto él en su papel de gato que ella en el de ratón, por cierto). Lo que sigue es una sucesión de persecuciones más o menos tensas en las que se nota la voluntad por explorar el espacio subterráneo del aparcamiento. Sin embargo, lo más destacable ya viene incorporado desde el guión, y es cómo la protagonista va pasando por distintas agonías que incorporan de forma orgánica a su aspecto las marcas parafílicas (vestido expositivo, pelo mojado, cara ensangrentada) de toda heroína del género que se precie. Otra deconstrucción gentileza de Aja.

A favor: Rachel Nichols es una scream queen y final girl estupenda.

En contra: No termina de sacarle partido al ambiente claustrofóbico del escenario.