Crítica de SensaCine.com para Protegidos por su enemigo: Previsible poli abusón

Neil LaBute (Amigos y vecinos, En compañía de hombres) se pone al frente de este drama paranoico con aderezo de suspense que arranca cuando una pareja de recién casados llega a un vecindario del extrarradio californiano, donde tendrán como vecino a un agente de la ley cuyos hábitos de vigilancia superan la obsesión más patológica. Su frustrado pasado conyugal será lo que explique semejante actitud fastidiosa e irritante durante todo el filme, sometiendo a constantes presiones al joven matrimonio. El guión de Protegidos por su enemigo es previsible, poco estimulante, y está lleno de lugares comunes (al estilo de la noventera La mano que mece la cuna, por ejemplo), jugando a los equívocos y a la confusión del público hasta que el malo malísimo queda en evidencia tras airear su talón de Aquiles.

Tanto Samuel L. Jackson como Patrick Wilson hacen lo que pueden por sostener la impostada enemistad a la que se ven abocados sus estereotipos: el poli malo que ejecuta una prepotencia hiperbólica ante su vecino; el tipo civilizado que se contiene para evitar fáciles acusaciones racistas hasta que la gota rebasa el vaso. No obstante, poco pueden trascender ambos un tratamiento que no disimula su maniqueísmo, ni su insuficiente excusa justificadora pos-11S. El discurso trata de alertar sobre los abusos en nombre de la autoridad en períodos revueltos, pero no va mucho más allá. Como dato anecdótico figura en su coproducción Will Smith.

A favor: Los combates dialécticos entre Wilson y Jackson.

En contra: El escuálido desarrollo y calado de su propuesta, su falta de interés y ritmo. Su previsibilidad. Su innecesario largo metraje.