Crítica de SensaCine.com para Juegos criminales: El juramento hipocrático mata

Mark Neveldine y Brian Taylor, el dúo responsable de ese chute fílmico de testosterona, anfetaminas y taurina conocido como 'Crank' (2006), aparecen detrás del guión y la producción de este thriller criminal, que no pudieron dirigir por estar liados con 'Crank 2' (2009) y 'Gamer' (2009). El problema es que los servicios de sus sutituto en la realización, el mercenario Marc Schölermann, dejan mucho que desear; situación que se suma a un guión chabacano con ausencia de un high concept tan contundente e inspirador como el de 'Crank'.

Las andanzas de un grupo de estudiantes de medicina que juegan a realizar el indetectsble crimen perfecto matando a gente inocente y teniendo que descubrir la causa de la muerte de las víctimas de los demás termina por convertirse en una escusa inauditamente aburrida para encadenar secuencias de semi-impacto con montaje sintético, drogas y muchas dosis de eros y tánatos por ahí sueltas. La fotografía sucia y el ambiente de elitismo eugenésico del grupo de médicos/asesinos alfa en el que se integra el protagonista no son suficiente aliciente para levantar todas las arritmias de una narración perdida entre sus propios dobles juegos.

A favor: El punto de partida puede tener su interés.

En contra: La factura de telefilm para salir del paso.