Crítica de SensaCine.com para El abogado del terror: La justicia y sus cloacas

Barbet Schroeder se constituyó en sus inicios como una figura clave dentro del cine francés de los años sesenta, impulsando la nouvelle vague entre otras cosas gracias a convertirse en el productor de buena parte de la obra del cineasta Eric Rohmer. Sin embargo, su trayectoria como director siempre ha resultado de lo más extraña y en ocasiones algo errática. Comenzó también en el cine francés con algunos documentales y cintas polémicas como 'Maîtresse' (1975), en la que escarbaba en el submundo de la dominación sexual. Después desembarcaría en Estados Unidos con películas tan dispares como 'El borracho' (1987) con Mickey Rourke, 'El misterio Von Bulow' (1990) o uno de sus mayores éxitos, el thriller 'Mujer blanca soltera busca...' (1992).

En los últimos tiempos ha seguido alternando el cine de autor con las producciones americanas, aunque sus trabajos se han ido espaciando cada vez más.

Sin duda, 'El abogado del terror', es una de las obras más importantes de su carrera, un documental en el que se adentra en la compleja figura de Jacques Vergès, que le sirve al cineasta para sumergirse en algunos de los episodios más oscuros de la historia reciente. Si en la guerra de Argelia este hombre defendió la causa anticolonialista, más tarde terminaría convirtiéndose en el abogado de Carlos el Chacal o Magdalena Kopp, incluso del nazi Klaus Barbie.

La contradicción late en el mismo corazón de este documental turbador que enfrenta al espectador con sus propias convicciones, mientras repasa con estupor la fascinante y a la vez retorcida ideología moral de este personaje siniestro.

A favor: Que su larga duración se hace muy corta.

En contra: Que el espectador no se acerque a esta película por tratarse de un documental.