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    Fuego salvaje
    Críticas
    2,0
    Pasable
    Fuego salvaje

    Hermanos cuasibíblicos

    por Bibi Ramos

    Glenn Gordon Caron, que debutó como largometrajista con Alcohol y coca, dirigió cinco años después su segunda película, cambiando el registro dramático de aquella por un singular combinado de comedia y fantástico en este Fuego salvaje. La trama cuenta la dramática separación que sufrieron siendo niños los hermanos Foudroyant, Wilder (Arliss Howard) y Wallace (Dennis Quaid). Ambos, con capacidad psíquica para provocar incendios ("piroquinesis" es el tecnicismo correspondiente), fueron responsables de un siniestro donde murió accidentalmente un hombre. Fue aquel hecho lo que les separó. Años después cada uno ha seguido un camino bien distinto: Wallace está casado con Vida (Debra Winger) y ha dejado atrás el uso de aquellas habilidades, mientras que Wilder supo convertir su poder piroquinético en su fuente de ingresos y trabaja en una feria itinerante en la que se le conoce como Biff el Payaso.

    La película transcurre con agilidad y comienza con un interesante punto de partida, aunque no acaba de funcionar bien su puesta en escena y en cierto maniqueísmo básico representado por estos Caín y Abel de los noventa. Que todo acabe reduciéndose a una disputa por la chica resulta también excesivamente simplista.

    A favor: Su planteamiento.

    En contra: Resulta algo previsible que uno de los dos, Wilder en este caso, haya encauzado su capacidad por el "buen camino", contribuyendo parcialmente con el cuerpo de bomberos.

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