Encontrar un hogar
por Beatriz MartínezTras 'Revolutionary Road', Sam Mendes rodó 'Un lugar donde quedarse', una producción bien diferente en su concepción y en su aspecto pero, en el fondo, espejo de aquella. Con la ayuda del matrimonio formado por Dave Eggers y Vendela Vida como guionistas, Mendes construye una road-movie sobre una pareja (Burt (John Krasinski) y Verona (Maya Rudolph) que van a ser padres y no quieren ver a su futuro hijo crecer en el lugar en el que viven. Necesitan otro lugar y se adentran en un viaje en el que, parada a parada, irán encontrándose con un sinfín de personajes que ayudarán a los jóvenes en diferentes aspectos.
Mendes, gracias una guion brillante en sus conversaciones y situaciones aunque quizá demasiado literario, nos introduce no solo en un viaje cromático y musical, sino también en un intento de reflexionar sobre la pareja actual y su relaciona no solo con el espacio, sino también con su familia y sus amigos, esto es, con su entorno social, como en 'Revolutionary Road' pero sin el dramatismo y la tragedia final que asolaban a la adaptación de la novela de Richard Yates. En 'Un lugar donde quedarse', como en 'American Beauty', Mendes regresa a una mirada entre irónica y analítica que no funciona en todo momento aunque nos entrega, en general, una película divertida y mucho más profunda de lo que aparenta, en la que somos testigos de un abanico de personajes que representan en su individualidad a la sociedad de las últimas décadas.
A favor: Krasinski y Rudolph, el guion de Eggers y Vida, la dirección de Mendes, la música de Murdoch y los paisajes.
En contra: que no todas las paradas de la pareja tengan el mismo interés y la misma fuerza, lo cual desequilibra el conjunto.