Crítica de SensaCine.com para Io Sono l'Amore (Yo soy el amor): 'In the mood for melodrama'

La actriz Tilda Swinton y el cineasta Luca Guadagnino planificaron este melodrama puro que también funciona como homenaje al género durante más de una década. Resulta enternecedor imaginar a Guadagnino asumiendo la dirección de la adaptación de 'Melissa P.' sólo como forma de ganar tiempo, financiación y estatus para poder hacer frente a la realización de una película tan distinta en intenciones y resultados. 'Yo soy el amor' es una explosión frondosa de todos los recursos expresivos y argumentales del melodrama clásico italiano, prestando especial atención a la herencia de Visconti y su interés por la decadencia sostenida de las clases aristocráticas.

La familia Recchi pertenece a la clase alta de Milán, forjada gracias a la industria textil. A ella llega la inmigrante rusa Emma (Swinton), que se casa con el primogénito Tancredi (Pippo Delbono) y empieza a dar a luz a hijos mientras se asienta en la vida acomodada del lujo y las incesantes cenas multitudinarias donde todo debe estar perfecto. Pero, muchos años después, con sus tres hijos ya adultos, se reencuentra con la pasión del amor puro, el arrebato que su hija acaba de descubrir junto a la homosexualidad, y lo pone todo en peligro por otro hombre. El director cuenta esta típica historia de infidelidad à la Bovary con un músculo admirable, tonificado por piezas instrumentales de John Adams que se ajustan vivas y expresivas a una cámara en constante balanceo pendular, como si se acompasara a los sentimientos de la protagonista.

A favor: El beso desenfocado y el sexo fragmentado en una Naturaleza exultante y plena.

En contra: El exceso de simbolismos (el corte de pelo, la poilla en la lámpara...) puede hacerse demasiado cargante.