Crítica de SensaCine.com para Desafío final: Conspiración en Praga

El realizador canadiense Ted Kotcheff, director de Acorralado, Este muerto está muy vivo o Cómo sobrevivir a la familia, volvió por los derroteros de la acción a mediados de los noventa pero con envoltorio de thriller político cuyo desarrollo argumental, eso sí, acaba siendo lo de menos y no hay que buscarle, sobre todo, tres pies al gato.

Desafío final arranca con el asesinato del embajador cubano en Nueva York. Este incidente revuelve aún más el acalorado clima que ya se respira entre ambos países. Micky Dane (Dolph Lundgren), un valorado agente de la CIA, es enviado a la República Checa para seguirle la pista a Simone Rosset (Maruschka Detmers), una peligrosa sicaria francesa sospechosa del homicidio del mandatario de Cuba. Dane tendrá que enfrentarse a la dificultad de hallarse en un territorio desconocido y ante una mujer con la que entabla una extraña relación.

A favor: La alternativa de Lundgren como héroe de acción en un registro más serio que sus cintas de los ochenta y algunas de las secuencias rodadas en Praga.

En contra: Su arranque y desarrollo argumental resultan bastante pobres.