Crítica de SensaCine.com para Alta fidelidad: Amor y vinilos pop

"¿Escuchaba música pop porque estaba deprimido o estaba deprimido por escuchar musica pop?" Probablemente esta sea la cita más conocida de ‘Alta fidelidad', la novela generacional de Nick Hornby y la no menos ídem posterior película homónima dirigida por Stephen Frears y protagonizada por John Cusack ejerciendo de epítome masculino de la generación postgrunge. Algo más que melomanía corre por las venas del protagonista, a quien acaba de dejar su chica y para trata de resarcirse del dolor discute listas de las mejores canciones, los mejores discos, las mejores caras B y las peores rupturas con sus compañeros de la tienda de música que regenta. De hecho, lo más disffrutable de la película sucede cuando hay música por en medio, cuando el discurso de lo que es la música toma protagonismo. Así, no cabe decir que la banda sonora es antológica: de The Kinks a The Beta Band, el filme es, sin duda, un cursillo acelerado del pop de los últimos 60 años.

A favor: Todas las escenas que tienen lugar en la tienda de discos, especialmente la que protagoniza Tim Robbins.

En contra: Que con el avance de la tecnología, se haya quedado la película algo vintage.