Un feliz acontecimiento : los secretos del rodaje

La novela epónima, escrita por la filósofa Eliette Abecassis, tuvo mucha controversia en el momento de su publicación en 2005. La autora explica: "El personaje de Barbara es muy próximo a mí. Cuando me convertí en madre, estaba sorprendida y confundida por la diferencia que había entre el discurso en torno a la maternidad y lo que yo sentía. Tuve la impresión de que no se me había dicho la verdad, que se me había escondido todo lo que realmente pasa cuando se tiene un niño". "Por que hay esa imagen de 'acontecimiento feliz' no es tan cierta como parece: cuando se está embarazada nos imaginamos al pequeño bebé en su capazo rosa, a los parientes inclinados sobre la cuna, etc. Y lo que experimenté no fue nada de eso. La maternidad es un gran tabú en la sociedad en la que vivimos".

Louise Bourgoin es conocida por haber sido la chica del tiempo en Canal + Francia en los Telediarios. Desde que terminó esta faceta, ha rodado ocho películas en tan solo tres años. Fue el actor Fabrice Luchini quién le dio su primera oportunidad en 'La fille de Monaco' (2008), dirigida por Anne Fontaine. A propósito de este papel, la actriz nos cuenta: "Jamás he estado embarazada y tuve cierto gusanillo al interpretar al personaje. Pero al mismo tiempo tuve miedo y ese miedo no me abandonó durante todo el rodaje. Dudaba de mi inexperiencia y cuando me cruzaba con una mujer embarazada, la acosaba preguntándole mil cuestiones".

Para encarnar a su personaje, Louise Bourgoin tomó cursos de preparto para aprender a respirar en el momento de las contracciones.

La actriz Louise Bourgoin intentó acercarse a mujeres embarazadas para aprender de ellas. Quería enterarse de todo lo que rodeara la maternidad y les preguntó muchas cuestiones, sobre todo a Sandrine, una de las maquilladoras, que estaba de siete meses: "Debí volver completamente loca a Sandrine", recuerda la actriz.

Pio Marmai (que había colaborado con Rémi Bezançon en 'El primer día del resto de tu vida') y Louise Bourgoin pasaron mucho tiempo juntos para conformar la complicidad característica de una pareja de enamorados. Pasearon juntos a bebés evitando las miradas indiscreta de los paparazzis, y en el rodaje, el actor le enseñó trucos a Louise, como en la secuencia donde debía fingir que estaba borracha.

El director de fotografía Antoine Monod y el realizador también se prepararon y entrenaron antes del rodaje. Fueron a verdaderos partos con la autorización de los futuros padres para escoger los mejores encuadres y captar las emociones con la mayor verosimilitud posible: "Era muy impresionante, una experiencia estupenda que nos sirvió de manera fundamental", recuerda Rémi Bezançon.

La escena central de la película es la que corresponde al parto. Fue rodada durante dos días en un estudio. Con una prótesis en el vientre, su falsa perfusión, el tensiómetro, los poderosos proyectores y el intenso calor, Louise Bourgoin se desmayó... El cineasta decidió dejar ese momento en la versión final de la película.

Josiane Balasko y el realizador se encontraron en un festival en Atenas. No habían visto sus respectivas películas, pero se divirtieron bebiendo y hablando de muchas cosas. Más tarde volvieron a coincidir en el Festival de Los Ángeles, y Rémi Bezançon decidió enviarle el guion para que interpretara el personaje de Claire, la hermana de la protagonista. Seducida por la película y por el carácter rockero del personaje, una progre del 68, Josiane Balasko aceptó.

El director dividió la película en dos partes: antes y después del parto (el fantasma y la realidad del acontecimiento). Ciertos detalles de la primera parte se transforman en la segunda. Incluso la emulsión de la película es diferente una parte de la otra, con colores saturados al principio y colores más pálidos al final. Además se intentó que los cuerpos tuvieran una imagen asexuada, habitual en las mujeres embarazadas.

Antes de empezar a rodar la película, la actriz Louise Bourgoin había tenido muy pocos contactos con niños recién nacidos. Por eso no era un personaje fácil para ella aunque, poco a poco, empezó a relacionarse y a jugar con los bebés entre escena y escena. Incluso pasó algunos fines de semana con sus familias. El equipo de rodaje, formado por cincuenta personas, debió ajustar los horarios a las horas de siesta reglamentarias y a los biberones. La actriz recuerda: "Hubo momentos mágicos. Por ejemplo las escenas de lactancia, donde sentía sobre mi pecho los movimientos de succión del bebé. No necesité interpretar en ese momento, estaba temblando de emoción".